Capitulo 34

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| Jessica |

Me incorporo en la cama cuando escucho toques en la puerta, tal vez sea Elena que volvió de ver a su clase porque Daren no puede ser, se fue hace una media hora y estoy segura que volverá en una hora.

—Pase —hablo extrañada de quién podría ser. La puerta se abre mostrando a Logan, claro el, ya me había olvidado de que el estaba aquí—. Tu, hola —le saludo mientras veo cómo cierra la puerta y avanza hacia mi sin articular palabra.

—Hola —respira hondo antes de devolverme la mirada, en todo el tiempo que abrió y cerró la puerta no me había vuelto la mirada—. ¿Estás bien?

—Supongo que si.

—¿Necesitas algo? No es como si conozca a alguien aquí pero podría preguntar —niego al instante al escucharlo, supongo que si fui una tonta, ahora en el está si dejarme morir o no. Sonrío a medias al notar la preocupación en su voz.

—Estoy bien Logan, pensé que no querías verme.

—Así era pero yo, encontré a Elena hace unos segundos y ella, ella me dio una bofetada y luego me dio un discurso —no creo haber escuchado bien lo que dijo ¿Elena le dio una bofetada? ¿Mi Elen? La Elen que no daña a un mosquito, bueno solo pone en vergüenza la inteligencia de los demás pero de ahí a darle una bofetada a alguien, pues no.

—Perdona, no escuche lo que dijiste ¿Acabas decir que Elena Smoller te dio una bofetada? La misma que seguro a sufrido bullying de Licia todos estos años —asiente generando más sorpresa en mi.

—Si yo también me sorprendí pero igual me hizo darme cuenta de algo —en un lento movimiento con su mano temblorosa toma la mía, parecía preocupado y a la vez mal por algo. Aunque me da la ligera impresión de que aquí viene un discurso, siempre arruga la nariz antes de dar uno, algo extraño pero siempre me da la señal de que viene un discurso—. Me hizo darme cuenta que no importa lo enojado que este contigo o lo mal que me trates yo jamás, escúchame bien Jessica Black, yo jamás te dejaré morir y si tengo que soportar tus malos ratos por la eternidad para que vivas que así sea. No voy a decir que será fácil porque conociéndote tal vez sea maravillosamente difícil pero sabes que yo no me rindo, ambos debemos darnos una oportunidad ahora que sabes que no estás en peligro realmente —ya sabia que venía un discurso, lo que no sabía es que fue el mejor discurso que mis oídos hayan escuchado jamás, bueno no tan buen discurso pero cuando te dan la noticia que no vas a morir y que aparte te quedas con un galán millonario por la eternidad no es tan malo después de todo.

—Realmente te lo agradezco Logan y lo lamento también, por como te trate, no quería ponerte en peligro, Elena lo sabia solo porque sabes cómo es ella cuando no le dicen algo y lo descubre por si sola.

—Sip, insoportable pero no te preocupes entiendo, ahora yo te cuidaré como tú lo hiciste cuando éramos niños —sus palabras logran asombrarme una vez más, pensé que no se acordaba de eso ya que la mañana siguiente no mencionó nada de nada. Resulta que nuestros padres se habían ido de fiesta y nos dejaron solos junto a Daren pero el se encerró en su cuarto, a Logan le dio fiebre, Daren no abría su puerta y yo no sabía el número de mama o de papa o de los padres de Logan así que me tocó cuidarlo.

—¿Lo recuerdas?

—Como olvidarlo, me pusiste el termómetro en la nariz —al recordar eso mis mejillas ardieron en mi rostro, yo solo era una niña, no sabia que el termómetro se colocaba en la boca y no en la nariz además yo nunca me había enfermado así que no había vivido enfermedades en carne propia hasta ahora que casi muero.

—No me culpes, yo jamás me había enfermado y no sabia que el termómetro se ponía en la boca —me cruzo de brazos al escúcharlo reír, se estaba burlando en mi cara, se supone que a los enfermos se les debe animar no enojar.

—Y eso que tú eras la inteligente —lo fulminó con la mirada cuando termina de reír y dice eso.

—No es gracioso Logan, ahora si se que hacer, no deberías reírte además sobreviviste, deberías agradecerme —espero un gracias de su parte pero solo escucho su risa nuevamente.

—Si muchas gracias Jess por hacerme estornudar toda la noche además no estaba enfermo —entrecierro mis ojos al escúcharlo, incluso me desvele cuidándolo y me quedé dormida en clase de mate, el profesor me regaño más feo de lo que regañaba a Logan.

—¿Como que no estabas enfermo? No me digas que te hiciste el enfermo porque te hago chocar de esa puerta —al escucharme Logan se echó para atrás alejándose de mi y soltando mi mano al instante.

—Perdón pero si me hice el enfermo, sabia que Daren estaba drogado o algo parecido, que las sirvientas se iba a ir temprano, mama y papa dejaron sus números pero los escondí bajo mi cama y no puedes usar tus poderes, te enfermas más —si que estaba furiosa por su confesión y el lo decía como si nada.

—Si por supuesto, me enfermo más —escondo mi mano un poco para que no vea que la muevo, abro el grifo de baño, si que va a recibir un escarmiento—. Tú siempre preocupándote por mi, muchas gracias.

—¿No estás enojada?

Cuando siento que tengo ya bastante agua en el aire abro un poco la puerta de el baño con mi otra mano, sin hacer ruido, niego rotundamente a su pregunta.

—¿Enojada yo? Claro que no, si es más debería agradecerte.

—¿Por?

—Por todas las tareas que el maestro me dejo, incluso te tengo una sorpresa, tú nada más mira arriba.

—¿Arriba? —mueve su mirada al techo y un chorro de agua cae en el, me echo a reír por la cara que tiene de serio, definitivamente debo hacer esto más.

—Ay me duele, mi estómago, ay mi estómagito, jajajajajaja –su semblante era tan serio que incluso pude notar como frunció el ceño después de un largo tiempo.

—Eres mala Jessica, muy mala ¿Ahora que me voy a poner? No tengo ropa aquí.

—Te prestó una de mis bragas —sonrió sabiendo que no le hizo nada de gracias y ni a mi tampoco pero tengo ganas de reírme.

El me da una última mirada, posteriormente se quita la camisa y Jesúcristo ¿No es ilegal ser tan malditamente sexy? Con esos músculos bien definidos, esa tableta de chocolate que me derrito de solo verla, esa v tan marcada que siento que no respiro cuando la veo ¿Y todo eso es mío? Alabado sea el señor por darme semejante hermosura.

—Perdona ¿Quieres algo? —seguro que hasta se me salió la baba ya que Logan tenía una sonrisa y me miraba burlón al hacer su pregunta.

—¿Que? No, yo nada.

—Para no querer nada miras mucho.

—¿Que dijiste?

—¿Quien yo? No, yo nada.

Vuelve a sonreír mientras se dirige al baño a no se que hacer si es verdad lo que dijo, el no tiene ropa aquí.

La chica telekinesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora