La chica telekinesis

Capitulo 25

| Daren |

Logan está más que sorprendido cuando ya nos encontramos en mi hogar, Lola jala de la puerta y afuera se encuentra Sebas con una camilla, algunos enfermeros y Veronica.

—Bueno hermanito, Elena bienvenidos a la escuela donde pasarán hasta que controlen sus poderes, no es la mejor bienvenida pero perdemos tiempo —informó saliendo de el carro, me apresuro a llevar a Jess hacia la camilla, la pobre sigue convulsionando. Sebas acerca su oído al rostro de Jess percatándose que respira muy poco.

—¡Muévanse carajo o la perderemos! ¡Veronica, trae a Rachel! —les grita Sebas llevando la camilla hacia adentro de el instituto junto a los enfermeros, camino atrás de ellos con Logan, Elen y Lola.

—Entonces nunca fue una enfermedad genetica —habla Logan desconcertado al saber que su futura esposa, su hermano y la amiga de su esposa son personas sobrenaturales y que el también pero que nadie le dijo nada.

—Pues no hermanito, Jess ha estado enferma desde que se mudó y esperemos que puedan estabilizarla.

—¿Puedan? Ósea que ¿¡Tienes una escuela de chicos especiales y nadie puede estabilizar a Jess!? —está vez fue Elena quien exploto de rabia, esa niña si que tiene furia retenída que tendré que controlar o sino tendré polvo de hada por doquier haciendo que todos se vuelvan amor y paz.

—Si bueno, tengo escasez de brujas y Jess no quería que Veronica nuestra única vidente la tocara para ver cómo arreglamos su enfermedad —manifiesto quitando mi corbata, me comenzaba a asfixiar.

—Ella mencionó que su abuela le dijo que la única manera de que se arreglara era con el amor de su vida —al decir eso Logan y yo nos miramos, el me miraba con ganas de asesinarme mientras que yo sólo veía la salvación de mi cuñada.

—¡Princeso! Tenemos que hablar —lo ultimo lo digo en un tono serio, se supone que esto es serio no puedo ir por ahí soltando risitas, colocó mi mano sobre su hombro al decir eso.

—¿Puedo estar en la conversación? Adoro los temas lobunos —Lola entra en nuestra conexión de miradas interrumpiendo que mi hermano me matará imaginariamente con una daga de plata y luego me enterrara 3 metros sobre el cielo, no así no era, maldita Lola solo esa película se mantiene viendo, 20 metros bajo tierra, así está mejor.

—No.

—Bueno lo hice amablemente porque aquí está tu hermano pero no me interesa lo que pienses, estaré ahí y cierras el hocico perro —un gruñido sale de lo más profundo de mi ser, esa niña todavía sigue molesta conmigo, jesucrito.

—No soy un perro ni siquiera me parezco —afirmó molesto por como me ha llamado, es un insulto a mi raza, ella acaba de insultar a mi raza libremente sin pelos en la lengua.

—¿Ah, no? Mira pues yo creía que los lobos tenían cola igual que los perros, pelos igual que los perros, gruñen igual que los perros y ladran también, la única diferencia es que tienes el control cuando te transforman ellos siempre están en esa forma, lo comprobaremos con algo, haber di Guao Guao.

Arg! Es que me irrita tanto pero no puedo ni siquiera tocarle un dedo, soy el director de este instituto, mi deber es enseñar a los estudiantes a controlarse, no darles un mordisco, ni rasgarle la piel ni mucho menos perforar su cuerpo con mis colmillos.

—Bien estarás pero no hablaras —esperanzado de que loca acepte y se calle, hablo.

—Cariño no sería una conversación si nadie hablará además tú eres muy insensible —se defiende con eso y como si hubiéramos terminado de hablar se larga a mi oficina, mocosa de el demonio, quito mi mano de el hombro de Logan y lo conduzco a mi oficina dejando a Elena afuera de la habitación donde atienden a Jess.

Me siento detrás de mi escritorio al entrar dejando que Logan se sentara delante y Lola en uno de los sofa a mano derecha de mi oficina.

—Muy bien, ya te dije que somos hombres lobos y no estaba loco cuando era pequeño, estaba en transición, es muy extraño que ocurra cuando eres pequeño, usualmente ocurre a los 16 o después de ellos pero yo me convertí a los 11, soy el enfermo de la familia y esa es otra historia, tal vez sepas algo de hombres lobos.

—Se convierten con la luna —suelta como si fuera lo único que tuviera que decir, como se nota que nunca leyó los libros que siempre mandaba a poner sobre su cama o escritorio para que sepa más de nuestro verdadero ser.

—De hecho no, nosotros nos convertimos cuando queramos, sin necesidad de la luna, somos mitad animal y mitad hombre, nuestra parte animal actúa como lo que es, tenemos semana de celo, colmillos, escuchamos a distancia y nos guía casi siempre el instinto ¿Haz escuchado alguna vocecita en tu cabeza? —curioseo esperando que si porque es muy extraño que no se percatara de sus cambios ni nada, después de todo se que tiene un fuerza sobrenatural y puede ver en la oscuridad pero no sé si ya su lobo se presentó o si ya puede escuchar a distancia.

—Pues si, todo el tiempo pero es mi conciencia ¿Que tiene que ver mi conciencia en esto? —con curiosidad mi hermano se dirige a mi pero antes de que pudiera hablar, Lola tomó la palabra.

—Cuando eres un hombre lobo no hay ninguna conciencia que no sea tu lobo ¿Que cosas te ha dicho? —aunque debo admitir que eso fue irrespetuoso es una buena pregunta.

—Que debo de cuidar a Jess, que no debo alejarme de ella y que no confíe en papa —contesta Logan como si estuviera recordando las palabras de su tal conciencia.

—Pues ese es tu lobo ¿Como se llama?

—No me ha dicho que tiene un nombre.

—Pregúntale ahora.

Unos segundos pasan y Logan se torna pensativo pero unos golpes en la puerta nos hacen dirigir la atención ahí, Sebas entra con unos guantes llenos de sangre, lo cual no es para nada bueno.