Capitulo 31

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| Elena |

El chico miro una especie de agenda en sus manos para luego mirarnos a ambas con su semblante serio.

—Hola chica telekinesis un placer conocerte, señorita Smoller el señor Sebastián me dijo que pertenece a mi equipo por así de decirlo, que es nueva y que apenas se entera de que es hadas así que solo quería decirle que es normal todas las preguntas que tenga y con gusto contestare todas si me acompaña a conocer a sus compañeros en nuestro León guerrero —realmente no entendí lo último, solo podía concentrarme en como sus labios se movían y deseaba que estuvieran sobre los míos pero reprimí esos sentimientos al saber que el jamás se fijaría en alguien como yo.

—¿Per-perdone? ¿Que dijo? ¿León guerrero? —respondo con nerviosismo, siempre que un chico lindo se dirigía hacia mi aunque sea a decir hola no sabía cómo articular algunas palabras.

—Si, el director nombró a cada uno de los grupos con un nombre, el de las hadas es el León guerrero, el de las brujas es la silenciosa serpiente, el grupo de los hombres lobos son los sangre pura para no insultarlos o ofenderlos ya que para que la maldiciendo llegue a ti debes matar a alguien, aquí se controlan y llegan a convertirse en la bestia más pacífica en la academia, hay demasiados grupos los cuales le diré con forme vaya conociendo a el grupo, vamos.

—Perdona que te deje ahora Jess, seguro que Logan vendrá y yo regresaré tan pronto como me sea posible —ella asiente y me despido con un beso en la mejilla para luego salir atrás de el rubio quien aún mantenía su semblante serio.

—La vida en la academia es lo mejor que nos puso a ver pasado a todos, aquí tenemos comida, un techo, no somos ofendidos por lo que somos y tenemos libre albedrío, es como si fuéramos simples humanos aunque no lo seamos pero lo disfrutamos, conocemos amigos, compañeros, familia incluso pareja, el director nos enseñó a amarnos unos a los otros por lo que somos, el no fundó esta academia con intenciones atroses como las demás academias en el mundo sobrenatural, el quería darle una esperanza a todos nosotros, siempre ha querido nuestro bien, aún sin una moneda en los bolsillos busco la manera de sacar adelante a esta academia, el señor Sebastián fue uno de los primeros que el director acogió en este lugar que ahora es nuestro hogar —termina de hablar con un brillo en los ojos como si estuviera imaginando cada momento en este lugar, yo amo a mi familia pero siempre creí que me asfixiaban, que no me permitían ser yo.

Elena no salgas con esa ropa reveladora, Elena no vistas indecente, Elena nunca contestes cuando no se te pide, Elena guarda tus opiniones, Elena no se te ocurra en tu vida usar vestido. A veces pienso que nunca quisieron que fuera chica, siempre odiaron como me veía, lo fea que soy y cuando intente arreglarlo con maquillaje, porque pensé que luciría un poco bonita solo se burlaron de mi, supongo que quedarme en el instituto será mejor.

—¿Estás bien? Perdón si de alguna forma te ofendí, yo y mi bocata, Sebastián debió decirme que no tenías un hogar —si a mi prision se le puede llamar hogar entonces si no tengo hogar, el me extiende un pañuelo que ni idea de donde lo saco—. Ninguna persona merece sus lágrimas señorita Smoller por más que usted ame a esa persona, no merece su sufrimiento, lo sé yo que nunca me quisieron en mi familia, todos querían a una niña —me sorprendo al escucharlo decir eso, mis padres seguro que querían a un niño—. Pero aquí nadie te dirá que prefieres que seas niño así que deje de llorar, las personas bonitas no lloran porque luego se llenan de arrugas —sus palabras me sacan una risa, yo ni siquiera soy bonita, tremendo show que hago a mitad de pasillo.

—Yo ni siquiera soy bonita.

—¿Quien le ha dicho eso? Sépase que las personas que le dicen feas a otras es solo para que el otro sienta lo que ve al mirar el reflejo en el espejo pero no le des el gusto señorita Smoller.

—Elena. Mi nombre es Elena —sonríe abriendo sus brazos lo cual me pareció raro.

—Todos necesitamos un abrazo cuando pensamos que no somos suficiente para el mundo pero todos nos equivocamos siempre porque el mundo no es suficiente para nosotros, además hay toda una galaxia ahí afuera ¿Por que conformarse con este decepcionante mundo donde vivimos? —sus palabras extrañas hacen que mi corazón de un vuelco y simplemente lo abrazo sintiendo como me corresponde sin hacer nada más que acariciar mi cabello—. Ah pero basta de tanta cursilería, a veces me pasó pero todas las hadas somos así, demasiado rosa, arcoiris y malvadiscos.

—¿Malvadiscos? —contestó confundida separándome de el.

—Si nunca comas de ellos, son sospechosos ¿Por que comienzan con "malva"? ¿Crees que le siga "da"? Entonces serían malvados, es sospechoso, bueno vamos al León guerrero —río por sus locuras se ve que nunca los ha probado, son la delicia en persona, alegran mis días grises, junto con el helado, chocolates y más malvadiscos.

Caminamos por todo el pasillo y yo aún no sabia el nombre de quien había alegrado mi momento de baja autoestima hace unos minutos, se lo preguntaré luego aunque la curiosidad me está matando.

Se detiene en una puerta blanca gigante la cual abre y nos encontramos en una habitación extraña, no mejor dicho mega extraña, hay césped en todos lados, algunos árboles y demasiadas flores.

—Creo que esto parece el jardín trasero, seguro que te equivocaste de cuarto.

—Si bueno un humano que no es hada lo vería así pero las hadas amamos la naturaleza y todo lo que tenga que ver con ella por eso nuestro grupo está afuera y podemos entrar cuando queramos pero disfrutamos el paraiso aquí afuera ¡Chicos! —grita generando que pequeños destellos blancos aparezcan en mi visión, habían demasiados a mi alrededor como si estuvieran viéndome—. Chicos no la asusten es recién llegada, será mejor que estén en tamaño humano, Elena mejor cúbrete los ojos o ciérralos.

—¿Por....

Ni siquiera logré terminar cuando ya tenía a una chica pelirroja desnuda delante de mi, apareció de la nada y ya había entendido porque quería que cerrara los ojos, así que eso hice.

La chica telekinesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora