Cita

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Advertencia: fantasías con alusión a asesinato.

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"Viernes 29 de Marzo
Al parecer, lo logré. Ella no me mató, Miguel no se apareció ni una sola vez, ni siquiera su voz. Tal vez ella no me haya matado, pero aún así intentó hacerlo."

Tenía la intención de describir los detalles, pero el solo pensar lo que ocurrió, hacía que sus manos temblaran más. Aún así quisó hacer un esfuerzo por plasmarlo.

Al salir del baño, todo parecía igual. El vacío, Megan cubriéndose la cara, la lluvia y luego ella se abalanzó contra mí. Sostenía la mano con la que portaba el tenedor.

Sentía esa punzada en su pecho, esta noche lo pudo evitar, pero aún sentía el tenedor entrando en su piel.

Me sostuvo la muñeca de mi otra mano libre por un momento y la soltó para estrangularme...

Seguía sintiendo el agarre de su muñeca y en su cuello, mientras lo describía.

...Y luego yo actué lo más rapido que pude, tome el cordón que controlaba la mano con la que me estrangulaba...

Y, su mano no podía parar de temblar, no podía escribir, se quedó pensando en lo que pasó.

El rostro de Megan quedándose sin aliento, ahorcada por su propia mano. Y el como los rastros de madera en su cuerpo empezaban a desaparecer, haciéndole ver que no solo enredó a una marioneta con sus propios hilos, si no que había a asesinado a una chica.

 Y el como los rastros de madera en su cuerpo empezaban a desaparecer, haciéndole ver que no solo enredó a una marioneta con sus propios hilos, si no que había a asesinado a una chica

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...Y la detuve."

Lo escribió con la poca precisión que tenía, sus manos no parecían dejar de temblar. Dejó el diario de lado e intentó calmarse. Y mientras se frotaba los nudillos notó que tenía marcas en su mano izquierda. "¿Con esta... yo la había...?" Al ver que las marcas de hilo estaban presentes en su piel, procedió a levantar la manga de su suéter, de ese mismo brazo. Vio las marcas de dedos en su muñeca y por consiguiente se tocó el cuello.

- No es cierto... - Se levantó de su cama y se dirigió al espejo que tenía en su armario. Y efectivamente, habían marcas de dedos. Empezó a respirar pesadamente y se recargo sobre la pared, no creía lo que estaba pasando.

El ardor en su pecho empezó a incrementar, al punto en que Hiro sentía como si escarbaran sobre él. Se quitó el suéter con desesperación y miro en el espejo que es lo que le sucedía.
Al parecer habían marcas sobre su pecho izquierdo. Marcas que estaban empezando a desaparecer.

Sofocantes MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora