Desde aquella cena familiar, los Hamada y los Cruz no hicieron más que volverse más cercanos, pasando todos los fines de semana juntos, ya sea preparando la cena, viendo películas, saliendo de compras, y otras cosas que las familias felices suelen hacer.
Por lo mismo, ahora se encontraban brindando y celebrándole a Diego el día del padre con una parrillada.- ¡También demos un brindis por Cass! - Dice Diego mientras levanta de nuevo su copa orgullosamente. - Por ser madre y padre de este buen muchacho. - le da una palmada fuerte a la espalda de Hiro, quien, con el pasar de las semanas, ya se había acostumbrado a la pesada mano de aquel hombre.
- Oh no, no creo que sea necesario brindar por mi... Además, creo que su figura paterna siempre fue... - Iba a mencionar a su otro sobrino, del cual, también se consideró alguna vez como madre y padre, pero al considerar las circunstancias, ella ya no se veía a sí misma ni siquiera como una tutora aceptable. Iba a mencionar su nombre, pero fue interrumpida por el único sobrino que le quedaba.
- Sí, te lo mereces tía Cass. - alzo su copa. - Porque has estado para mí en las buenas, en la malas, y te has mantenido fuerte por mí hasta en las peores. - Declara orgulloso mientras sus oscuros ojos se topan con los conmovidos ojos verdes de la mujer que lo vio crecer.
- Por Cass. - Ahora dice Megan juntando su copa con la de su padre y el chico.
Era algo nuevo, para ellos. No solo para Cass y Hiro, también Diego y Megan experimentaban de nuevo lo que era tener una familia unida. Aunque no sólo era la unión de las familias en sí, los más jóvenes se volvían cada vez más cercanos con cada platica motivacional que tenían.
Hiro aprendió a confiar en Megan poco a poco, le contó sobre las recurrentes pesadillas que tenía hace un tiempo, claro, evadiendo detalles sobre Miguel o sobre lo que pasó con sus amigos. Mientras, ella lo escuchaba y apoyaba, por más poco tiempo que aveces tuviera, pero ya estaba a un mes de tener vacaciones de verano y ya estaría más disponible para su nuevo mejor amigo.
Todo parecía estar perfecto. Pero había algo, Hiro seguía sintiendose observado, no como antes pero seguía sintiéndose así, lo atribuyó a un ligero trauma por lo ocurrido con Miguel, pero todavía estaba la misteriosa música, nunca supo de donde provenía aunque habían veces en que parecía venir de su cuarto. Eso sí fue algo que nunca terminó de comprender, hasta que...
- Ay diablos... - dijo Megan mientras veía como caían monedas del pantalón que acababa de levantar. - Uhg... Vacía tus bolsillos antes de encuerarte, porfa.
- ¿Ah? ¡Lo siento! Y yo soy el que levanta la ropa, deja eso. - Dice Hiro mientras recogía prendas al otro lado del cuarto.
- Es que ya hay que pasar la aspiradora, no me queda mucho... Oh ¡wow!
- ¿Qué pasó? ¿Cuánto dinero olvidado tenía ahí?
- Ah como 3 dólares y un cuarto de dólar, creo, no sé, ¿de donde sacaste esto?
- ¿Qué co... - sus palabras de atoraron en su garganta. Al notar la moneda que la chica tenía en su mano. - Ya me había deshecho de eso.
- ¿cómo? ¿Porqué te deshacerlas de ella? Está genial, son 10 pesos ¿de dónde...? Uh, Aunque tienen algo raro... - El chico seguía sin pronunciar una palabra mientras la chica seguía observando la moneda dorada. - Tiene grabado el 2020, ¿porque tendría este grabado si estamos a mitad del 2019?
- Ni idea... - Quiso ignorarlo, dejarlo de lado, simplemente pensar que había olvidado gastarla. Pero sigue recordando muy bien el como y cuando la gastó. - Tal vez, me la dieron de cambio por error en el barrio latino...
- ¿Fuiste al barrio latino y SIN mí? - Megan empezó a bromear, Hiro intentaba seguirle la corriente pero de todos modos ella notaba lo tenso que estaba.
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Sofocantes Mentiras
Fiksi PenggemarHiro Hamada no llegó a ser el héroe que pudo haber sido, y Miguel Rivera no volvió a casa antes del amanecer. Un par de muchachos que no se conocieron en vida, se encuentran devastados por su pasado y para dejar de ahogarse en él tendrán que firmar...