En El Monte Del Espíritu (parte2)

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Estaba inmovilizada pero lo escuchaba todo. Aunque entendía las razones de la Hokage y el Consejo, no podía evitar sentirse traicionada. Solo  esperaba que Itachi tuviese razón; de lo contrario estaba perdida.

El ninja le había explicado que lo que sucedía bajo el Tsukuyomi, una especie de genjutsu, pero muy superior, es imposible de contrarrestar. Solo podía ser usado por un poseedor de Sharingan, el kekkei genkai o herencia de sangre del clan Uchiha. Esta ilusión se da dentro del plano espiritual y el usuario puede controlar el espacio-tiempo a voluntad. Según Itachi, no había forma de que alguien obtuviera información que había sido revelada dentro del Tsukuyomi, a menos que una de las partes lo hiciera por decisión propia.

Recordó que al traspasar el portal del golem, llegaron a un bosque enorme. Estaban en medio de un luminoso claro cubierto de hierba. Frente a ellos, tenían una cascada rocosa que se volcaba a una laguna de aguas cristalinas, acariciada por las ramas colgantes de los sauces mecidos por la brisa. Se sentía tranquila, con la energía renovada, pero el efecto narcótico de la caverna había pasado y comenzaba a temer al ninja proscrito que se encontraba con ella. Se alejó lo más que pudo y se puso a explorar. Pronto comprendió que estaban atrapados. Alrededor del extenso bosque sólo había montañas que se extendían hasta el cielo, era imposible ver la cima desde el suelo. Intentó usar su jutsu para poder descubrir alguna salida, pero pese a descubrir que podía usarlo por mucho más tiempo que antes, a medida que ganaba altura, la gravedad de la tierra crecía de forma exponencial y la tiraba hacia el piso.

En ese lugar tenía todo lo que necesitaba: agua, fruta fresca en abundancia, peces y crustáceos de agua dulce, legumbres silvestres, nueces y bayas. El clima era cálido y nunca llovía por mucho tiempo, y cuando lo hacía, las salientes de roca formaban refugios naturales donde protegerse. Podría quedarse allí y vivir hasta el fin de sus días, pero había hecho esa travesía por una razón, y tenía que encontrar la forma de cumplir su objetivo. Orochimaru debía morir, cada día que pasaba en el mundo de los vivos era un insulto para la memoria de Iwao y Kenshi, y para todas las otras víctimas, incontables y anónimas. Lo odiaba con todas sus fuerzas. No obstante, los días transcurrían largos y tranquilos, las noches eran pacíficas y cortas, parecía un verano sin fin de paz y abundancia; excepto por el detalle de su acompañante, claro. Habían entrado juntos, tomados de la mano y al mismo tiempo. Si el Dios Sabio de la montaña tenía el poder para crear a su antojo ese entorno idílico ¿Por qué razón tenían que estar los dos juntos? Podría haber creado algo para cada uno. Pero la montaña había expulsado al otro ninja y los había acogido en el Corazón de la Tierra, con perfecto amor y confianza, o lo que sea que eso significara ¿Deberían unir fuerzas para cumplir su deseo? Le parecía una idea absurda ¿Que podrían tener en común lo dos, aparte de su lugar de origen y una edad similar. Pero era lo único que se le ocurría, lo único que no había probado aún. Debía acercarse a Itachi, pero antes de reunir el valor suficiente, el Uchiha se apareció frente a ella. Se había quitado la capa con nubes rojas, el sombrero y la bandana. Vestía pantalón, sandalias de shinobi y una camiseta de color gris oscuro con una malla por debajo. El cabello azabache mecido por el viento le enmarcaba el rostro de expresión seria y tranquila. Era un chico bello y tenía alrededor de su misma edad en ese tiempo, unos dieciséis años. En Konoha era el preferido de la chicas. Su rostro era delicado pero varonil, de ojos grandes y oscuros que en un tiempo parecían llenos de bondad, pero ahora unas marcadas ojeras le conferían a su mirada un aire de tristeza profunda.

—Oh, hola —dijo la chica con nerviosismo.

—Hola —saludó Itachi con un amague de sonrisa en su expresión serena.

—Justo estaba por ir a buscarte — Natsuki sonrió.

—Supongo que también lo descubriste entonces —respondió, misterioso.

Relámpago Rojo Crónicas De KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora