La Maldición De Shirukku

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Quedaban pocas horas de luz. Shikamaru les advirtió que era más peligroso entrar de noche en la ciudad, por lo que decidieron aprovechar para vigilar desde la lejanía. Se notaba poco movimiento, cual tarde estival peresoza luego de la siesta. Según el chunin, el jutsu que los había atacado empeoraba cuanto más chakra usara su víctima. Naruto fue el primero en caer, cuando notaron que algo andaba mal, comenzó a hacer un montón de clones de sombra y esa fue su perdición. Aunque no sufrió ningún daño físico, simplemente comenzó a actuar extraño, como si no fuera él mismo. Luego Choji y por último Tenten. Shikamaru había logrado escapar a tiempo e intentó varias veces rescatar a sus compañeros pero ninguno parecía dispuesto a salir por su voluntad.

—¿Algún jutsu de control mental, tal vez? —preguntó Kakashi pensativo.

—Eso creí al principio, pero las mariposas tienen algo que ver. ¿Quién podría hacer un jutsu tan potente? Todo el pueblo está así.

—¿Y cómo escapaste? —preguntó Lee.

—Sólo quedábamos Tenten y yo. Me habían rodeado las mariposas, ella logró alejar la mayoría de los bichos con sus pergaminos de armas pero justo cuando estábamos saliendo, la atraparon —contó el muchacho que estaba sentado en la hierba—. El jutsu sólo funciona dentro de la ciudad.

Kakashi escuchaba en silencio. Lee quería entrar a la ciudad y traer a los chicos de regreso a rastras, y Kiba apoyaba su visión.

—Lo mejor será elaborar un plan con calma —dijo la pelirroja—. Si los demás no quieren venir podemos terminar teniendo que luchar contra ellos y lo que sea que los esté afectando — Kakashi y Shikamaru estaban de acuerdo—. Además, aún no sabemos nada sobre eso, sólo que las mariposas tienen algo que ver.

—Sería útil que alguien pueda ir a investigar por lo menos. Pero a la noche ninguno de nosotros les pasará inadvertido —comentó Shikamaru— Tal vez Akamaru pueda ir.

—Mmm, no me gusta tener que separarme de él —replicó Kiba—. Y nuestros jutsus son en conjunto.

—Podría enviar a mis ninneko pero ellos no conocen a los chicos —dijo mirando a Kakashi. El hombre parecía estar distraído pero cuando cruzaron miradas lo entendió. Hizo un movimiento de manos e invocó a sus perros ninja. Natsuki hizo lo mismo con sus gatos. Martes se negaba a trabajar con perros pero al ser ninjas hizo una excepción.

Esperaron sentados mientras llegaba la noche. Lee y Kiba fueron a hacer una ronda de reconocimiento, y un agotado Shikamaru dormía plácido tas una saliente rocosa: después de tantos días sin poder descansar bien, se lo merecía. Hacía frío en la montaña, pero era peligroso encender una hoguera. Su sensei estaba distante y callado, pero por primera vez, lo prefería así. Desde su revelación la noche anterior no sabía muy bien cómo actuar frente a él. Además de eso, por su mente rondaban las palabras del joyero; estaba casi segura que el individuo enmascarado que había encargado el collar no era Itachi. Pero si era otra persona, tenía que saber sobre su relación con él, y fuera de Konoha nadie más lo sabía. A menos que Itachi hubiese hablado, lo que era poco probable. También estaba el otro, el de la espada escamada, pero ese tipo no sabía nada, solo se habían cruzado dos veces. Tal vez le resultó extraño verla con vida después de su encuentro con Itachi y se lo mencionó a alguien más ¿Pero quién? Descartó a Danzo, el viejo no haría eso: encargar que hicieran una joya de determinadas características a un joyero de otro país, tenderle un genjutsu a alguien de Konoha fuera de la aldea, para que luego le llevara un objeto trampa a ella... Sonaba muy complicado teniendo otros medios dentro de la aldea a su disposición. Había alguien más, oculto, que sabía de ella y tenía un interés en algo relacionado con ella, pero ¿por qué no se acercaba directamente? También tenía que saber que Genma era su amigo o alguien cercano, lo que era más raro aún. Debía ser alguien que tuviese acceso a la aldea. Cuanto más ahondaba en el tema más desesperada se sentía. Tenía algo que ver con Itachi, eso era obvio. Lo más lógico era que fuese alguien relacionado con Akatsuki. Necesitaba hablar con Itachi, eso la tranquilizaría mucho, pero desde que había vuelto a la aldea, no había vuelto a ver un sólo cuervo, como si hubiesen desaparecido de la faz de la tierra y al igual que ellos, el Uchiha se había desvanecido, dejándola a la deriva.

Relámpago Rojo Crónicas De KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora