Aquel dia... [Dabideku]

Capitulo 4:

~~INVITACIÓN A COMER~~

—TADA, TADA, TADA, TADA TADA TAADAAA —Izuku estaba taradiando mientras meniaba sus pies, sentadito en un bote de basura que hacia que le colgaran los pies.
—ya se tardo mucho, hoy parece que tampoco ha comido, ¿con que dinero va a comprar enton — se vio interrumpido por el sonido de un jadeo. Dabi habia llegado al fin al callejon donde lo habia dejado esperando.

—¡Dabi! ¿Estas bien? Deja te ayudo.. — intento pararse.

—¡No! Aun tienes el pie lastimado, solo que corri por que estaba preocupado por ti — Se acerco con una bolsita llena de ungüentos, vendas y hasta pastillas que parecian que eran para el dolor  — quitate el sueter y levantate el pantalón. — su orden hizo que el joven se roborusara, pero hizo como le ordeno.

Un par de moretes sobresalian aun de su cara y cuerpo, Dabi procedio a untar lo que habia en la bolsa.
El habia robado todo eso para el chico y salio de la ecena del crimen a toda velocidad. Esperando que no lo reconocieran.

—Toma, echatelo en el abdomen — le paso una de esas pomadas, lucían caras y de buena calidad

—Tu... Tu robaste esto ¿verdad? — lo miro inquietante, no queria ofenderlo, pero se notaba a simpre vista que era así.

Por su parte, Dabi estaba mas que avergonzado, sabia que no iba a poder ocultar por siempre su vida delictiva, sabia que el chico era muy listo y se daría cuanta si no es que ya lo sabia.

En su vida de vago nunca se había dado el lujo de comprar medicamentos tan caros, es mas, si se trataba de el ni pastilla para el dolor se compraba, y no por que no quisiera, si no por que era un lujo que no se podia dar, ocupaba mas otras cosas, y si la herida no se infectaba no compraba nada para eso, asi era su vida desde hace años.
—yo... Ah, eres muy listo — se limito a decir y procedio a vendar el tobillo del menor.
Izuku ya no dijo nada.

***

—Bueno, llegamos  — dijo mientras bajaba al peliverde de su espalda, por la lecciones en su cuerpo no lo habia dejado caminar y lo llevo a cuesta en su espalda.

—Gracias... otra vez, no hubiera llegado entero si no fuera por ti— el menor le hizo una reverencia.

—No fue nada, eso hacen los amigos ¿No? — antes de que Izuku pudiera decir algo mas, derrepente se abrio la puerta de su departamento.

En ella una mujer gordita y bajita con cabello verde salia con lagrimas en los ojos a abrazar a su hijo.
—IZUKUUU, ¿DONDE ESTABAS? Estaba tan preocupada! — su madre sollozaba mientras lo abrazaba, a Dabi le dio ternura la ecena, ya descubrio de donde saco Izuku su lado tan lloron y emocional.

—Mamá, me estas avergonzado — su cara ardia de pena, pues era la primera vez en mucho tiempo que habia un amigo que presentar — ah, mamá, el es de quien te he estado hablando, es mi amigo Dabi —el muchacho estendia una mano hacia el para darlo a conocer.

Dabi esta avergonzado, no pensaba que el menor le hablara a su mamá de que eran amigos o de su existencia tan siquiera.

—¿ah? Vaya, eres apuesto — de todas las cosas que pudo haber dicho la señora Midoriya escogio las palabras que hicieron sonrojarlo mas, pudo sellalar su ropa toda sucia, o hasta su delgades, pero le dijo que era apuesto. Claro, ellos no sabian su secreto, si lo supieran "apuesto" seria la ultima palabra que cruzaria por sus cabezas al verle.

—Mamá, ¿podenos invitarlo a cenar? — nadie esperaba esas palabras.
Izuku se la habia pasado todo el camino escuchando los rugidos del estomago de su amigo y como el intentando cubrirlos haciendo platica de cualquier cosa.

Por su parte, la señora Midoriya esta sorprendida, hace mucho tiempo que su hijo no habia invitado a nadie a comer, hasta en sus cumpleaños solo se las pasaban ellos dos.
—Oh, no no, no quiero ser molestia — dijo Dabi rápidamente, pero antes que pudiera decir algo mas, la madre del chico entro rápidamente a la casa y cerro la puerta tras de sí,dejando a los dos algo confundidos.

Su hijo no llevaba visitas hace años y menos se quedaban a comer.
La señora Midoriya saco un juego de vajilla y la coloco en la mesa junto con las otras dos que ya habia colocado para su hijo y ella, puso mas agua en la tetera, mas arroz en la olla y verduras para una persona mas.

Su hijo habia cambiado tanto ese último año que le preocupaba, ya no sonreía igual y sus calificaciones bajaron y aunque el chico intentara ocultarlo, ella sabia que su peso habia disminuido, pero no sabia que hacer, nunca lo supo; desde que su esposo se fue y nunca mas regresó ella igual se sumergio en una triste amargura que tambien afecto su salud, solo vivia para sacar adelante a su hijo, que igual tuvo que pasar por un gran golpe en su niñez al ver sus sueños derrumbarse por carecer de un quirk.

Pero desdé hace 2 meses parecia que su hijo habia cambiado, estaba mas alegre, comia con ganas y habia recuperado ese brillo en sus ojos, no dejaba de mensionar a su nuevo amigo; "Dabi puede meterse su puño en la boca, Dabi corre muy rapido, Dabi sabe jugar ajedrez, Dabi esto, Dabi aquello".

No podia culpar la observación de su hijo, despues de perder a su padre, para el niño tener un amigo era vital, pero cuando anunció que el no poseia algún don, todos los que alguna vez fueron sus amigos le dieron la espalda, aun el niño que el seguia y consideraba mas cercarno, Katsuki, que ya no venia a visitarlo, claro ella no sabia que ese mismo niño hijo de su amiga, era el abusador de su niño.

—LISTO — la señora Midoriya admiro el nuevo plato que puso en la mesa. Habia olvidado esa sensación de comer mas de dos.

Su familia la había abandonado mucho antes de que se casara, no aprobaban su relacion y la dejaron a su suerte.
Luego lo de sue esposo...

Se vio en el espejo del pasillo, se acomodo un poco el cabello y fue a abrir la puerta.

Su hijo y el joven muchacho estaban envueltos en una conversación que tenia que ver con planetas y soles explotando, no habia visto a su hijo sonreir de una manera tan pura desde hace tiempo ni con nadie mas.
—Chicos — los llamo — vamos a comer.