Capítulo 6

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El domingo por la mañana no hice gran cosa, por la tarde tuve una visita sorpresa de mis padres y mi hermano, me alegró que mi padre pudiera sacar un rato libre en el trabajo para venir a verme, les enseñé la universidad y por la noche fuimos a cenar a un restaurante del Water Tower Place. Tuvimos conversaciones triviales, y hasta que mis padres no me dijeron que me añoraban y mi hermano me hizo reír con sus ocurrencias, no me di cuenta de lo mucho que les echaba de menos.

El resto de la semana no pasó nada interesante, por las mañanas iba a clase y las tardes me las pasaba con Mía viendo películas y charlando para conocernos mejor.

El jueves por fin teníamos plan para salir.

-¿Os hace tarde de bolos? -preguntó Chris, mientras bebía de su lata de cerveza.

Estábamos tomando algo en Louie Bar, se había convertido en nuestro sitio de reuniones.

-Normalmente te hubiera dicho que sí, pero... -dijo Asher.
-¡No hay peros que valgan!
-¡Sí, será divertido! -respondió Emma.
-Vale, pero sólo queréis jugar contra nosotras porque sabéis que nos vais a ganar. -replicó Mía.
-Está vez tenéis ventaja, seremos tres contra dos, si se apunta Harper, claro. -sugirió él.

La mirada de los cuarto recayó sobre mi. Yo nunca había jugado a los bolos, mentira, jugué una vez de pequeña en el cumpleaños de una de mis amigas del colegio, sólo conseguí tirar cuatro bolos en mis múltiples intentos... no hace falta que diga que equipo perdió. De todas formas, acepté, porque estaba cansada de encerrarme en la habitación como un hermitaño y me apetecía salir.

Convencimos a Asher para que viniera, aunque Mía aseguraba que Chris sólo contra nosotras nos habría podido ganar a las tres. Me fijé en Asher, estaba un poco desganado, me pregunté qué le habría pasado, porque ya no estaba feliz como cuando quedamos el sábado para hacer el trabajo, volvía a ser el chico que conocí hacía poco tiempo... mentira, no era igual porque no se estaba comportando como un capullo, sólo estaba triste.

De repente, a Emma se le ocurrió que nos podríamos hacer chaquetas a juego para nuestro equipo de bolos, de modo que nos despedimos de los chicos, y nos dirigimos hasta una tienda donde hacían ese tipo de cosas.

Al entrar una anciana sonriente, con el pelo gris y gafas nos saludó, le preguntamos el precio de tres chaquetas y nos dijo que las tres costarían sesenta dólares.

A Mía y a Emma les pareció bien, yo no tenía pensando gastarme veinte dólares en una chaqueta para jugar a los bolos, pero bajo la mirada ilusionada de mis amigas (si, podía considerarlas mis amigas, y me encantaba) no me quedó otra que asentir.

-¿De qué color las queréis? -preguntó la anciana.
-¡Negras con las letras rosas! -decidió Emma.

Nos miro de una forma que nos dejó claro que si alguna se oponía a su decisión, la mataría, a mi, de todas formas me pareció bien su elección, porque me gustaba vestir de negro.

-¿Qué os grabo en la espalda jovencitas? -volvió a preguntar.

Esa pregunta nos dio que pensar.

-¿Cómo llamaremos al grupo? -dijo Emma.
-No sé... ¿el trío calavera? -propuso Mía.
-Eso ya existe. -se quejó la pelirroja.
-¿Os gusta las happyflowers? -sugerí.
-No te ofendas Harper, pero eso suena a nombre de hippies. -respondió Emma.
-¿Qué tienen de malo los hippies? -insistí.

Ellas no me contestaron, sólo soltaron una risita. Continuamos pensando nombres hasta que algunos clientes entraron en la tienda, y como bloqueábamos el paso hasta el mostrador, tuvimos que apartarnos y sentarnos en unas sillas que habían en la tienda. Cuando lo hicimos supe que íbamos a estar allí durante un buen rato.

La perdición de Asher Walker (Blake Gray)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora