Cerré los ojos para disfrutar del sol y el viento que me daba en la cara por la ventana del coche, no podía creerme que me estuviera dirigiendo a la universidad, y no porque no creyera que no fuera a entrar, ya que estudié muchísimo para conseguirlo, sino porque el tiempo había pasado demasiado rápido.
Encendí el móvil y sonreí al leer un mensaje de mi mejor amiga Valery, deseándome suerte el primer día, yo le respondí lo mismo, ella iba a estudiar en una universidad diferente, separarme de ella había sido una de las cosas más duras de dejar el instituto, pero sabía que seguiríamos en contacto y volveríamos a vernos tarde o temprano.
—¿Cuánto falta? -dijo mi hermano pequeño desde el asiento de atrás.
—Ya casi estamos. -respondió mi madre.Mi padre no había podido acompañarme a la universidad porque estaba trabajando, era un hombre muy ocupado, me hubiera gustado que pasara más tiempo en casa, con nosotros, pero no nos sobraba el dinero y sabía que si trabajaba tanto lo hacía por su familia. Con la ayuda de una beca y de su paga consiguieron pagarme la universidad, aunque me sentía muy mal al saber que gastaba su dinero en mi, de modo que le juré que se lo devolvería cuando encontrara un trabajo, quizá el verano que viene.
Me fijé en las calles que estábamos atravesando, para estar a solo dos horas de mi casa ese lugar parecía de otro planeta, todo era verde y precioso, mucho más que el humilde barrio donde vivía. Dejar mi hogar y a mi familia era otra situación difícil del gran cambio de vida que estaba por llegar.
El corazón me latió a mil por hora cuando vi el edificio que tantas veces había visto en internet, sonreí como una tonta y mi hermano pequeño resopló al aliviado al ver que al fin habíamos llegado a nuestro destino. Mi madre aparcó en el parking y respiré hondo antes de bajar del coche y poner un pie en la que iba a ser mi nueva universidad además mi nuevo hogar en su residencia de estudiantes.
Comenzamos a bajar mis maletas del maletero, las arrastré mientras los tres caminamos cruzando el camino de césped verde hasta la entrada. Miré el gran cartel que colgaba sobre mi, que decía: "UIC: Illinois University at Chicago"
El momento que tanto temía había llegado. Mi madre me miró tratando de no emocionarse y yo le dediqué una mirada tranquilizadora.
—¿Quieres que te acompañemos hasta la habitación? -dijo.
—No hace falta mamá.Noté perfectamente que ella sólo quería alargar el momento de la despedida. Yo en cambio quería hacerlo ya, para terminar cuanto antes, aunque al mismo tiempo me daba mucha pena que se fueran.
—Estaré bien, hablaremos todas las semanas y te llamaré si ocurre algo, te lo prometo. Además sólo estamos a dos horas en coche de distancia. -le recordé.
—Ya lo sé... pero no sabes lo difícil que es despedirse de un hijo.Mi hermano Marc puso los ojos en blanco.
—Ni que se fuera a morir. -soltó.
Mi madre y yo nos reímos. A pesar de lo plasta que podía llegar a ser, iba a añorar a ese enano.
—Os echaré de menos. -atraje a mi madre hasta mis brazos.
Acto seguido abracé a mi hermano, el cual se quejó, pero en el fondo sabía que también iba a echarme de menos.
—Te quiero muchísimo, hija, y que sepas que estoy muy orgullosa de ti. -fueron las últimas palabras que me dijo mi madre.
Yo tuve que morderme la lengua para evitar que me cayera una lágrima. Marc me dijo que si me pasaba algo se quedaría con mi habitación en casa, y yo en cambio le hice prometerme que iba a cuidar de nuestros padres, ya que era un niño muy fuerte y listo a pesar de tener sólo quince años.
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La perdición de Asher Walker (Blake Gray)
RomanceHarper (Amelie Zilber) lo tenía todo planeado, iría a la universidad, se instalaría en la residencia de estudiantes y estudiaría la carrera de periodismo para conseguir el trabajo de sus sueños. En cambio, no tenía planeado conocerlo a él, un chico...