Harper (Amelie Zilber) lo tenía todo planeado, iría a la universidad, se instalaría en la residencia de estudiantes y estudiaría la carrera de periodismo para conseguir el trabajo de sus sueños. En cambio, no tenía planeado conocerlo a él, un chico...
Abro los ojos despacio y sonrío al verlo a mi lado, sigue siendo verano, pero algunas cosas han cambiado, el padre de Asher volvió a ver a su madre, todo fue bien, decidieron que van a llevar una relación cordial después de todo. Travis salió de la cárcel hace poco, no hemos vuelto a verlo y creo que va a dejar la universidad, por lo que probablemente no volvamos ha hacerlo, además Asher y yo llevábamos un tiempo viviendo juntos y todo parecía un sueño.
Podría decirse que el tiempo había puesto las cosas en su sitio, eso, o habíamos tenido mucha suerte.
Después de despertarnos, le cogí de la mano y salimos de la casa, estábamos en Maine, Asher me sorprendió con los billetes de avión y conseguimos alquilar unos días la casa de al lado del faro, la misma de la foto que me gustaba.
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Estar aquí era un sueño cumplido, uno más que había hecho realidad a su lado.
Una vez fuera, nos sentamos en el suelo, apoyando la espalda en el faro y disfrutamos de la vistas del mar, el viento nos movía el pelo y las olas chocaban contra la orilla, el sonido era muy relajante.
Pensé en lo feliz que era con Asher, mi vida había sido increíble desde que empezamos a salir juntos, incluso desde que le conocí en aquella fiesta, vivir se había convertido en algo emocionante.
Le miré a los ojos.
—Gracias por haber sido mi perdición. -susurró. —¿No decías lo contrario? ¿Qué te había salvado de perderte? -le pregunté confusa.
Asintió y sonrió.
—Sí, pero digo que eres mi perdición porque me haces perderme... de una forma positiva. Cada día pierdo en tu mirada, en su sonrisa, en tus labios... y espero que siga siendo así, siempre. -confesó.
Me puse le pie y me miró, le tendí mis manos y las agarró y tiré de él hasta levantarlo, la escena debió de verse preciosa, nosotros, besándonos de pie frente al par y el faro, con el pelo alborotado por el viento, nosotros queriéndonos como dos niños que estaban experimentando el amor juntos, enamorados, en el mejor momento de nuestras vidas, simplemente nosotros.
Me separé de sus labios y le abracé por la cintura, pasó sus manos por mis hombros y sonreí, sintiéndome afortunada de ser La Perdición De Asher Walker.
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