La perdición de Asher Walker (Blake Gray)

Capítulo 15

Abrí los ojos despacio algo desorientada, no estaba en mi casa, tardé unos segundos en recordar que había dormido en casa de Asher. Me di la vuelta despacio y lo vi dormido a mi lado. Sonreí.

Tenía las manos entrelazadas apoyadas en el colchón y la boca un poco abierta, su pelo negro contrastaba con el color blanco de las sábanas, estaba tan adorable que quise hacerle una foto, pero descarté la idea por si le despertaba al hacerlo.

Estuve un rato mirándole, disfrutando del momento, recordé la noche anterior, lo mucho que nos habíamos reído y lo bien que lo habíamos pasado, quería sentirme así durante cada día. Quería estar con él todo el tiempo que fuera posible.

En ese momento me di cuenta de algo que iba a cambiar mi vida para siempre. Había tardado un poco en darme cuenta pero entonces lo comprendí, quería a Asher, incluso con sus secretos y sus problemas, ese chico había conseguido robarme el corazón.

De repente se movió un poco y abrió los ojos.

—Hola. -susurró aún con voz de dormido.
—Te quiero. -respondí.

Me miró sin entender nada.

—¿Qué? -sonrió y se incorporó sentándose en la cama.
—Que te quiero -repetí, tenía ganas de llorar de felicidad.

Él tardó un momento reaccionar pero sonrió ampliamente y se acercó para darme un beso en los labios.

—¿De verdad? -susurró.
—Sí. De verdad. -le dije.

Nos quedamos mirándonos un momento y sentí ganas de preguntarle algo, me daba miedo la respuesta, pero después de la confesión que acababa de hacerle necesitaba saberlo.

—¿Tú... también me quieres? -solté.

Él se puso incómodo, se revolvió en la cama y se rascó la cabeza.

—Harper yo... -su tono no era alegre, estaba como disculpándose por lo siguiente que iba a decir.
—¿Si? -me arrepentí enseguida de insistir.

Me miró a los ojos con expresión triste.

—No estoy preparado para decirte algo así, no quiere decir que no lo sienta, hace mucho tiempo que no sé lo que siento, pero no quiero decirte que te quiero si no estoy completamente seguro de que eso es cierto, ¿comprendes?

No voy a negar que me llevé una decepción, se me notó en la cara y él lo notó también, quería entenderle, de verdad que quería, pero si no me contaba cual era el motivo por el que "hacía mucho tiempo que no sabía lo que sentía" era muy difícil conseguir ponerme en su piel.

—Vale, yo... -empecé ha hablar.

Me miró fijamente.

—No estoy enfadada ni nada de eso, pero no puedo comprenderte si no me cuentas el motivo por el que te sientes así. -me sinceré.

Agachó la cabeza apeando, yo no quería verle triste así que le estreché entre mis brazos, haciéndole saber que iba a continuar apoyándole aunque aún no me hubiera contado su secreto. Quería que supiera que iba a estar ahí para él.

Nos separamos, nos dedicamos una sonrisa y cambiamos de tema.

—¿Qué hora es? -preguntó.

Agarré mi móvil para mirarlo.

—Las siete y veinte. -respondí.

Hasta que no miré la hora no recordé que era martes y por lo tanto tendríamos que ir a clase. No me apetecía nada.

—Deberíamos levantarnos ya. -dijo.
—¿Y si nos saltamos las clases y nos quedamos aquí vagueando? -propuse.

Me sorprendí a mi misma con mis palabras.