Capitulo 9

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Jiang Cheng tenía muchas ganas de tirarle a la cara el libro de Don Quijote a la profesora de literatura, llevaba una hora hablando de él y su cerebro lo único que quería era apagarse y descansar. Lo peor era ver a Wei WuXian tan fresco como una lechuga, como si no hubiera estado hablando hasta la dos de la mañana.

El muy maldito era el mejor hasta para aguantar el cansancio.

Él por su parte llevaba cabeceando todo el día. No se durmió, no, era muy orgulloso como para dejarse vencer por el sueño en medio de la clase. Además de que llevar un llamado de atención no estaba entre los planes de ese día.

Menos aún la amenaza a muerte que recibiría de su madre si lo hiciera. Tenía muchas ganas de vivir, gracias.

Para su suerte, aquella era la última clase del día.

Le dio una mirada a Huaisang, que no se estaba esforzando en lo más mínimo en disimular que estaba usando el celular. Lo que era totalmente normal, había perdido la cuenta de la cantidad de veces que fue obligado a que se sacaran una foto juntos.

¡Hasta le armó un Instagram para poder etiquetarlo!

Si había desarrollado o no el gusto por el filtro con orejas de perritos, solo él lo sabía. Bueno, Huaisang y él, pero solo porque fue quien se lo enseñó.

—Jiang-xiong, ¿cuánto crees que cuesten estas botas? Y este top, ¿en qué color me irá mejor? ¿Rosa o violeta? —le susurró el Nie, pasándole el teléfono. Esa era otra de las manías que se había agarrado con él, preguntarle sobre ropa cuando sabía perfectamente lo poco que entendía de moda.

Intentó ignorarlo, había notado que la profesora se había dado cuenta que ninguno le estaba aprestando atención.

—Jiang-xiong —volvió a llamar, sin recibir de nuevo contestación. Le tiró de la manga del uniforme, pero solo logró conseguir que lo mirara por un segundo.

Hmp, se hace el que está escuchando, pero ambos sabemos que nunca le apresta la atención a la profesora. Jiang-xiong, llevamos medio año conociéndonos, casi ocho horas al día, cinco veces a la semana. No creas que me rendiré tan fácilmente.

Con una sonrisa traviesa en sus labios, se acercó hasta el oído del otro para susurrarle con suavidad:

—WanYin.

De manera instantánea, el lóbulo del nombrado se enrojeció, y Huaisang fue apartado con brusquedad.

—¿Sabes lo que es siquiera el espacio personal? Te he dicho muchas veces que no hagas eso porque me pone nervioso —le respondió Jiang Cheng lo más bajo posible, observando de forma ansiosa a la profesora. Su rostro ardía como si se estuviera prendiendo fuego y aun podía sentir la calidez del aliento del Nie en su oreja.

—Me dueles, Jiang-xiong. Soy yo el que no está siendo escuchado —apretó su pecho de forma dramática. Lanzó una risilla al ver cuán preocupado se encontraba su amigo de que la maestra los retara. No podía entender cómo la gente le podía tener miedo, si no era más que un adolescente inseguro que buscaba destacar por sus propios medios.

De cierta forma, el que se preocupara tanto por algo tan simple como un llamado de atención de la profesora, solo lograba hacer que le gustara más. Y es que era otra demostración de lo responsable e inteligente que era.

Huaisang podía ver las cualidades que ni Jiang Cheng podía ver en sí mismo. Lo que lo hacía sentir feliz y triste al mismo tiempo, ya que significaba que cada día lo conocía más a fondo, pero al mismo tiempo, el otro no era capaz de ver todas las cosas buenas que tenía.

JieJie ¿Qué opinarías si a mi me gustara un chico?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora