Lan XiChen estaba muy preocupado por su hermano, había llegado a su casa junto a su tío para la cena, encontrándose con WangJi pálido como un fantasma Y con ojos llenos de preocupación —y si ponía un poco más de atención— de miedo.
Nunca en toda su vida lo había visto de esa forma, ni siquiera cuando sus padres murieron. Intentó pensar en qué podría haber ocurrido, pero no se le ocurría nada que pudiera hacerlo sentir así.
Todo empeoró cuando encontró los pedazos de una taza rota en el cesto. Algo en definitiva iba mal. Decidido a encontrar la respuesta, buscó un momento a solas antes de la cena para preguntarle.
—WangJi, ¿te encuentras bien? ¿Te sientas enfermo? —preguntó con la mayor amabilidad posible, entendía que si lo presionaba a hablar todo empeoraría y lo único que lograría sería que su hermano tomara una posición más distante.
—Estoy bien —le respondió, pero a leguas XiChen notaba que era mentira.
—¿Sucedió algo con el joven Wei? —insistió.
Los ojos de WangJi se llenaron de terror ante su nombramiento.
—WangJi, por favor, dime si el joven Wei te hizo algo. Juró que no le diré al tío.
Por favor, hermanito, no te cierres o no podré ayudarte, pensó empezando a sentirse cada vez más preocupado. No quería volver a aquella oscura y desolada época donde su hermano no se atrevía a decirle ni una sola palabra. Fueron años de esfuerzo de aprender a tratarlo y lograr que se abriera aunque sea un poco.
—No, Wei Ying no hizo nada, él no tiene la culpa de nada —aseguró Lan Zhan, esforzándose para que voz no temblara y su rostro no demostrara nada. Debía componerse y mostrarse igual de serio que siempre; así no haría que su hermano mayor se preocupara.
XiChen no debía molestarse por errores que él debía de corregir por sí mismo. Y tampoco permitiría que Wei Ying se viera perjudicado por su culpa, la broma de hacía unas horas solo ayudo a que pudiera entender lo mal que se encontraba.
No permitiría que su corazón manchado dañase a una de las personas que más le importaban, aun cuando la forma en la que deseaba estar a su lado no era la correcta.
El primer jade suspiró, podía notar con facilidad que su hermano no le estaba diciendo la verdad. No cuando se mordía el labio inferior levemente intentando que su voz no delatara la angustia que sentía ni la forma en que sostenía su mano tras la espalda para que el nerviosismo con el que movía sus dedos no fuera visto.
Pero eran sus ojos dorados y brillantes como el sol, los que le estaban mostrando miedo y angustia ante el simple nombramiento de Wei WuXian. Algo había sucedido entre ellos dos que había logrado descolocar a WangJi, pero no podía entender qué fue lo que sucedió y tampoco quería seguir presionando a su hermano, quien no estaba dispuesto a seguir hablando.
—Muy bien, no te presionare para que me expliques lo que sucede. Pero ten en cuenta que puedes hablarme de lo que quieras sin miedo alguno. Ere mi hermano y no quiero verte mal —le dio un suave apretón en el hombro, por el momento tendría que conformarse con asegurarle su completo apoyo.
—Mn —tarareó Lan Zhan. XiChen sabía perfectamente que aquello significaba "lo sé, hermano, no te preocupes".
—Muy bien, ve a lavarte las manos, tío debe haber terminado de hacer la sopa —con un leve asentamiento, WangJi se retiró.
Hermanito, espero que esto solo sea un problema pequeño, deseó.
Pero dentro de él sabía que ninguna cosa catalogada como pequeña podría hacer que WangJi actuara de esa forma.
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JieJie ¿Qué opinarías si a mi me gustara un chico?
FanfictionLas lágrimas no paraban de caer por si solas. Una, dos, tres. Eran tantas que sus pequeños ojos se encontraban nublosos y no podía ver bien. ¿Por qué los niños eran así? ¿Estaba mal ser curioso? ¿Qué había de malo en tener una imaginación diferente...