La habitación de WangJi era espaciosa, tenía lugar para un escritorio, una biblioteca con varios estantes y un armario al que le sobraba espacio. Agradecía que XiChen le hubiese buscado un departamento en el cual no tuviera que compartir habitación. Xie Lian parecía ser una persona respetable, pero compartir espacio con alguien que acababa de conocer no era algo que tuviera ganas de hacer.
Antes de sacar a Wang y Xian de su jaula, revisó que el suelo no tuviera nada con lo que se pudieran lastimar. Para su suerte, su compañero había dejado todo impecable. Xian fue el primero en salir, no había terminado de apoyar las cuatro patas en la alfombra antes de empezar a saltar. Wang fue más cauteloso, primero saco su nariz rosada y observó con detenimiento el nuevo lugar. WangJi estaba seguro de que habría estado otros quince minutos alerta si no fuera porque Xian empezó a tironearle de la oreja.
Ambos eran un dúo perfecto.
Sacó de su bolso tres cuadros de fotos. En el primero estaban su madre, su padre, XiChen y él, en el segundo se encontraba junto a su tío y hermano, y el tercero eran Wei Ying y él en una cafetería, la había mandado a imprimir unos días antes de irse. Era la mejor forma que había encontrado para recordar a los que amaba y no sentirse solo.
Dejó su guqin apoyado contra la pared a un costado de la cama. Había empezado a abrir las maletas cuando sintió un leve tironeo del borde de su pantalón. Bajó la vista, encontrándose con Wang nervioso. El conejo al darse cuenta de que había logrado llamar su atención lo soltó y giró la cabeza en dirección a la puerta.
Lan Zhan suspiró cansado al notar que Xian no se encontraba en la habitación. En otro mundo, Xian en definitiva podría ser la reencarnación de Wei Ying. Ayudó a Wang a abrir la puerta, el pobre no tardó ni tres segundos en correr en busca de su compañero. Lo siguió por detrás sin preocuparse, no había muchos lugares a los que se pudiera escapar.
No tardó mucho en encontrase a ambos conejos junto a su compañero de piso, quien parecía satisfecho de tener a las dos bolas de pelo a su lado.
—Ah, WangJi, veo que tienes dos amigos muy traviesos —comentó, mientras impedía que Xian masticara su pantalón.
—Lo siento —murmuró apenado.
—No tienes que disculparte, ambos pequeños son amigables. La única mascota que he tenido es Ruoye, pero al ser un simple canario no puedes jugar mucho con él —explicó, señalando al pájaro blanco en la jaula que colgaba en la pared.
Lan Zhan asintió en comprensión.
—Y dime ¿cuál es el nombre de estos amiguitos? —acarició divertido al conejo negro que estaba mordiéndole la oreja a su compañero.
—Wang y Xian —señaló respectivamente a cada uno. Xie Lian notó que no buscaba dar explicación por el nombre de ambos, por lo que dejó de interrogarlo.
Un olor desagradable empezó a inundar el lugar. Xie Lian no parecía percibirlo, pero el olor nauseabundo fue imposible de ignorar para él. Se dio cuenta de que venía de la cocina y logró encontrar la razón con rapidez: una olla con algo que podría haber sido un intento de guiso desbordándose.
Apagó el fuego y agarró un cucharon para poder observar su interior. Pudo distinguir algo parecido a unas bolas de carne, junto a la cabeza de un pescado y alguna verdura medio podrida.
Se mordió su lengua para reprimir la sensación de asco que subía por su garganta.
—Ah, lo siento mucho WangJi, me distraje jugando con los conejos y me olvide de bajar el fuego. Quería prepararte unas albóndigas como bienvenida, pero todo debe haberse quemado —comentó con lastima Xie Lian.
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JieJie ¿Qué opinarías si a mi me gustara un chico?
FanfictionLas lágrimas no paraban de caer por si solas. Una, dos, tres. Eran tantas que sus pequeños ojos se encontraban nublosos y no podía ver bien. ¿Por qué los niños eran así? ¿Estaba mal ser curioso? ¿Qué había de malo en tener una imaginación diferente...