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Alexby iba de regreso a casa de ha ver visitado un sitio tan especial para el, había llegado a los cultivos, se sentía más tranquilo, aquellos recuerdos de esa tarde los había dejado libre y nada lo atormentaba, hasta que pudo ver aquel hombre.

Ese sujeto, miembro de la hermandad, con sus alas a la vista,  Alexby miro con enojo, estaba por replicar, pero de un momento a otro el ser estaba tan cerca de él.

— Hermoso...

Susurro en hombre con una voz gruesa que no podía ser reconocida tan fácilmente. Su mano toco la pierna del chico, mientras la otra pasaba por su espalda atrayendo lo a su cuerpo.

— Maldito sueltame.

Seguia acariciando aquella suave piel, se odiaba rotundamente al tener guantes, sin embargo, pudo notar levemente el sonrojo del menor, la sonrisa se amplió y a pesar de estar oculto bajo la mascara podía lamer sus labios. Agradecía que el muchacho no llevara aquel molesto casco quien  impedía verle ese hermoso rostro.

— ¿Por qué te has escondido de mi cariño? Acaso no querías verme.

— Maldito imbecil...

— Me provocas, me gusta ser rudo.

Apretó aquel muslo, provocando que el chico jadea y daba una pequeña mueca de dolor.

— ¿Que sucede? ¿Duele? Como deseo darte un beso...

Alexby estaba preocupado, sus miedos iban en aumento, no había nadie alrededor que le ayudara y él solo no podía, el hombre detona una fuerza que no era humana ¡Claro! Es un híbrido. 

— Alejate... por favor...

— ¿Por que cariño?

La voz ronca y sensual que detona el más alto le hacia sentirse avergonzado, era como si escuchara halagos que deseaba desde mucho antes. Sin embargo no tenía aquellos deseos, no por ahora y ni con él. De manera rápido logró posar sus manos en el pecho del más alto y lo empujó, esta vez algo había cambiado.

El hombre jamás tocó el suelo, simplemente se mantenía levitando en el aire. Sus amplias alas se movían, queriendo salir de aquel suceso extraño, mientras que Alexby aún tenía sus manos alzadas hacia aquel ser oscuro.

— ¿Que sucede? ¡EXIGO QUE ME BAJES!

Grito con cierta desesperación, temiendo que fuera descubierto.

— No comprendo...

Estaba confundido, dejó de hacer aquello, viendo como el ser oscuro caía de cara en el suelo, por fortuna la mascara jamás se rompió. Alexby mira sus manos, queriendo entender que había pasado, pero ninguna idea surge. El ser oscuro se acerca de nueva cuenta había sacado una espada, estaba dispuesto a castigar al muchacho. Alexby quería comprobar cómo usar aquello de nueva cuenta, pero no logro hacerlo funcionar, tal vez era algo diferente, una ayuda de los dioses lo más seguro. Sin embargo había logrado escapar del ser oscuro.

La mañana había llegado, Alexby habia llegado a la comisaria, fue recibido por la comandante quien le brindó una noticia buena, haciendo que el chico quedara sorprendido y emocionado.

— ¿En serio? ¿Comisario?

— ¡Claro! Seras el nuevo comisario, tendrás un ayudante.

La mujer dejó que el nuevo comisario pensara las cosas, a decir verdad, jamás pensó a tener ese puesto, sin embargo estaba consciente que seguiría con su buen trabajo, dando todo de si, para lograr un beneficio en el pueblo.

— Voy a pensarlo.

Fue todo lo que dijo, la mujer afirmó y le brindo unas palmadas leves en la espalda del muchacho y continuó su rutina. El menor se dirigió a su nueva oficina, quien uno de los policías del edificio le indicó. Miro todo con detalle, era linda, sin embargo aún faltaba algunos toques, que le hicieran sentir cómodo, como en casa.

Mio [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora