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El trío oscuro se encontraba reunido en la guarida, Willy caminaba de un lado a otro, mientras que Rubius y Fargan estaban sentados y veían a su líder caminar en círculos.

- Esto no puede ser peor. No puedo creer que te hayas dejado congelar, si lo que tenías que hacer era congelar al comisario, no tu.

- Que quieras que hiciera, el chico no saldría vivo y seríamos acusados de sospecha, no quiero verlo sufrir por el momento.

- Fargan, recuerda tu posición en la comisaría, solamente estás ahí para destruir cualquier evidencia.

- Entiendo, entiendo, ¿de que te enojas?

- Lo suficiente como para saber que Rubius no logró matar a Mangel.

- ¡Oyes! No pude, el huyó al bosque, dudo que salga vivo de aquel lugar.

- Cada vez hacen las cosas peores. Se suponen que deben de ser astutos, más que los héroes del pueblo.

- Tu también eres un héroe Willy.

- Pero nosotros  somos mejores que ellos, nosotros tenemos habilidades especiales oscuras, los Rapitori van a querer sus trajes de vuelta sino tenemos en pueblo bajo nuestras manos.

- ¿Que quieres que hagamos?

- Robarle a Merlon. Merlon tiene un tesoro, se menciona que es una reliquia, que supuestamente posee magia y etc. Los Rapitori quiere que se los llevemos.

El dúo se miraron entre ellos para luego dirigirse su vista hacia Willy.

— ¿Merlon? Ni de coña le robaría a Merlon, él es el sabio del pueblo.

— Yo igual, no me atrevo a hacerlo, no quisiera tener una reputación tan baja.

— Deben de hacer caso, recuerden que es la única manera de deshacernos de los Rapitori.

— Lo siento, pero no me anoto, prefiero enfrentarme los Rapitori que estar haciendo un robo al hombre más sabio.

— Nos puede matar, recuerda que en su juventud fue un héroe del pueblo. El es el único que toma muy enserio los héroes.

— Por ende tiene ese prestigioso tesoro que los Rapitori quieren. Así que tendrán que hacerlo quieran o no.

El dúo miro con cierto toque de terror al hombre albino, quien sus ojos verdes brillaron y cambiaron de un color rojo sangre, brillaban como no tenían ideas.

[. . .]

La mañana había llegado, Alexby hacia la rutina, hizo el papeleo mientras bebía de vez en cuando el café que había traído, era temprano, sabía de antemano que aquel compañero, que se auto asigno a seguir a Alexby, llegaría tarde, no estaba dispuesto a reprender, ya que después de varios días diciéndole lo mismo, termino por darle poco y continuaron su pequeña aventura.

Lo que habla pasado el día anterior lo había dejado un tanto confuso, se había atrevido a decirle cosas que a muchos no le importaría y a pesar de estar congelado, pudo sentir la atención que le brindo el hibrido, desconocía completamente su paradero, solamente sabía que el venía de un pueblo vecino, un "humano", sabia de antemano que los híbridos eran comunes, pero sentía que aquel hombre no decía la verdad en sus papeles.

Se recargo en el escritorio, apoyando sus brazos y sus manos posado en su barbilla, pensando en cientos de cosas que involucra al castaño, como si fuese un llamado, el hombre abrió la puerta, saludo con una sonrisa y tomo asiento enfrente, Alexby retomó su postura, pudiendo así mirar de reojo al más alto.

— ¿Alguna novedad?

La pregunta del castaño fue curiosa y pronto obtuvo una negación, entendiendo que no había nada. Aunque el menor tenga su propia investigación, quien algunos apuntaban al sacerdote del pueblo.

Mio [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora