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Miro desde la sombra, la casa que se encontraba a oscuras y en silencio, con sus habilidades logro ingresar sin molestar a nadie, el ave no se encontraba en la zona y eso le hacia sentir una extrañeza lo más posible era que estuviera en la habitación del chico.

- ¿Que haces aquí?

La pregunta llego, al igual que las luces. Fargan a pesar de esta usando ese traje negro, se giró, se quitó la máscara blanca y miro con cierto toque de tristeza y vergüenza.

- Quiero tu ayuda.

- Vaya, alguien de la hermandad quiere mi ayuda, después de a verme herido incontables veces.

- No lo entiendes.

- No necesito entenderlo, se perfectamente bien, que solo quieren dañar el pueblo, en donde yo he nacido, crecido y he vivido experiencias.

- Tienes que creerme.

- ¿Creerte? Si, si como no.

El menor camino hasta la puerta, para abrirla y darle pequeñas señas de que saliera, estaba fastidiado y a decir verdad, el hibrido se estaba siendo el "chistoso".

- He sido controlado, tengo algo que me hace seguir bajo control de alguien y tu lo sabes.

Alexby estaba por reír, pero mirar el rostro de preocupación del chico le hizo callar. Dio un suspiro y cerro la puerta.

- Explicame, tal vez encontremos una respuesta.

Dicho y hecho el híbrido sonrio, al tal punto que abrazo al chico, dedicandole una cálida sonrisa.

El híbrido le había explicado todo, Alexby aún seguía confundido, puesto sabia de la existencia de personas que tenían habilidades aparte de los héroes. Pero esas personas eran miembros de la hermandad, personas que fueron exiliadas, pero el hibrido había mencionado que ellos no eran cercano a la dichosa hermandad que estaba detras del pueblo desde hace ya varios años, sino, era un grupo que ellos mismos habían surgido gracias al líder. Jamás dijo el nombre, siempre que preguntaba el menor de quien se trataba, Fargan simplemente decía que no sabía nada, que simplemente desaparecía una vez concluida su misión.

Fargan había explicado también, que habían tenido un encuentro en contra de los Rapitori, un grupo de personas malvadas, a decir verdad, Alexby pensaba que el líder provenía de ese grupo, puesto el líder le había entregado los trajes que venían de ese grupo, sin embargo Fargan decía que posiblemente era mentira.

La situación lo llegó a confundirse, sobre todo al menor.

- Supongo que no tengo forma de ayudarte, todas tus fechorías apuntan a un solo punto, prisión. No hay manera que alguien más pueda ayudarte. Aunque no estés bajo control, sigues siendo un criminal, puesto ustedes destruyeron algunos valiosos edificios del pueblo y monumentos.

- Lo se. Solamente tenía la esperanza de que tu pudieras ayudarme.

Su rostro detonó tristeza, era más que claro que todos sus esperanzas se habían ido por la borda. No había manera de salir de ahí, dio un suspiro, se puso de pie y camino hasta la puerta, Alexby lo siguió con calma y una vez que abrió, miro al hibrido dudar salir de su hogar. Se giró al menor y le brindo un beso pequeño en la mejilla.

- Fue un placer a verte conocido, mi pequeño comisario.

Sonrio levemente, para pronto salir de la casa. Alexby se sintió extraño, sin embargo, miro atento.

- Sigue viniendo, tal vez podamos encontrar una forma de liberarlos.

Fargan lo miro, sus ojos se iluminaron, estaba contento, pero sentía que si hacía algo torpe, la ayuda de su pequeño comisario no servirían de nada.

Mio [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora