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Alexby llamó al castaño, pero no obtuvo tanta respuesta, hasta que se acercó y lo tomó del hombro, haciéndolo girar, el hibrido de búho lo miro con esos ojos avellana que parecían brillar, le parecía tan extraño, quiso entender aquello, el hibrido jamás se movió, más cuando el menor colocó la mano en la mejilla, queriendo subir hasta alcanzar la mascara de ave. Sin embargo la mano del más alto lo detuvo.

- ¡Fargan! ¡Suelta!

El castaño jamás cedió, hasta que escucho la voz de Willy, quien venía caminando desde atrás.

- Oyes suelta la mano, que no vez que puedes lastimarlo.

Fargan pareció obedecer al instante, aunque lanzo una mirada de enojo y molestia, alejándose del dúo. Alexby agradeció al albino de ojos rasgados, para luego escucharlo.

- Vaya que tipo tan rudo...

- Ni que lo digas, pero dime, has encontrado una Gema parecida a la de Vegetta, quiero una.

- No, lo más seguro que esa gema sea la gema del alma, Frank, cuidaba mucho eso.

- Entiendo, entiendo, Staxx siempre la cuidad de la hermandad.

- Si, el me dijo que era la llave para abrir la prisión de los dioses oscuros. Aunque no entiendo porque la hermandad oscura la busca.

- ¿Será porque ellos conocen eso?

- No creo, todo el mundo cree que sirve como una llave para un mundo lleno de tesoro, por eso es que desean la llave.

- ¿Quien dijo tal tontería?

- Los mismos dioses oscuros.

- Entiendo...

- Bueno, seguiré patrullando, esta noche quiero llegar temprano a casa.

- ¿Y eso?

- Esta noche iré con Lolito a cazar zombies, como entrenamiento.

- Entiendo. Te deseo suerte.

Alexby se alejó, dejando al albino de pie, aún así sentía una sensación extraña, algo no salía muy bien en su control hacia ambos híbridos.

[. . .]

La tarde estaba su curso, el comisario ya caminaba hacia su hogar, hasta que alguien le tomó de un brazo, llevándolo hacia el molino.

Al reaccionar se percató que era el castaño, quien seguía detonando aquella mirada retadora y algo de sentimientos confuso, acercó su rostro al cuello, olfateando aquel extraño aroma que el menor emanaba, las manos del castaños bajaron por las costillas del chico y a pesar de estar sobre la ropa podía sentir e imaginarse la piel suave del chico, llenas de cicatrices por sus largas batallas. Su mano camino hasta su casco, en donde con sumó cuidado dejo libre aquel rostro.

Beso los labios del chico, como la primera vez, siendo "humano" y de nueva cuenta eran deliciosos los labios, no fue hasta después que una vez más oculto su rostro en el cuello del comisario, Alexby estaba listo para darle un porrazo, sin embargo la voz ronca hizo que el menor reaccionara, que le hiciera tan conocida aquella voz.

- Hay mi Alesby, mi comisario... temo a perderte en este juego...

- ¿Q-Que?

- Mi pequeño comisario... eres adorable... miedo a perderte es un gran reto y dolor.

Lamió el cuello y succiona un poco, logrando dejar una pequeña marca. Que comenzaba a hacerse roja y poco a poco un morete.

- Descuida, voy a matar cualquier ser que te haga daño...

Mio [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora