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Aquel pueblo que alguna vez fue Karmaland se encontraba totalmente destruido, la oscuridad estaba reinando, los mobs había hecho de las suyas, sin contar que aquellos aldeanos había huido, otros se habían quedado a pelear, ayudando a la gente que seguía dentro de sus casas, que eran rodeados por esos molestos monstruos.

Los héroes de Karmaland no eran queridos, como alguna vez fueron, fueron odiados por todos, obteniendo reproches.

Los héroes se habían refugiado en el templo de los dioses, el único lugar donde no podían ser molestados, inclusive Vegetta se sentía patético, ser derrotado por la oscuridad, dónde años se enfrentó a aquellos seres.

Alexby estaba consiente que todo lo que pasó había sido culpa suya, todo lo que estaría por suceder era por su estupidez. Pero estaba decidido a no cometer los mismos errores, Frank había sido muy claro, decirle todo eso, rompiendo sus sentimientos y haciéndolos añicos, dejando en claro que no iban a poder ser lo que una vez se habían prometido, pero eso ya no importo, a menos eso pensaban.

Fargan había hecho de todo, lo había animado en esos últimos días, había ayudado en todo lo que él pudo, inclusive lo rescató en los últimos días. Karmaland ya no era ese pueblito bonito, lleno de vida y armonía.

Ahora era otro pueblo, aquellos que no conocían en su totalidad.

Los chicos se habían reunido, Rubius había hecho la comida, una serie de sopa de hongos, cosa que a la mayoría no le era de su agrado, sin embargo eran lo único que podían hacer. La tierra había perdido toque de fertilidad, haciendo muy difícil la plantación de cultivos.

- ¿De nuevo sopa hongos? Esto es lo más repugnante.

- Calma Auron.

- ¿Quieres que me calme? ¿Con esta asquerosidad de comida?

Luzu solamente se encogió de hombros, su juez suele tener cierto toque de carácter fuerte, sin embargo, la idea se desvaneció y una pequeña charla surgió.

— A menos, no estamos comiendo barro, como la última vez que lo hizo Rubius.

— ¡Hey!

— Vamos, es cierto, la primera vez que comí esta cosa, era barro con hongos.

— Yo que iba a saber que se limpiaba primero los hongos. Ni siquiera me lavo las manos.

— ¿En serio Rubius?

— No Mangel, yo no me lavo las manos.

— Creo que ya no quiero comer.

— ¿Que? Espera no dije eso, pueden comerlo, está bueno, si me lavo las manos.

La voz de Rubius sonó nerviosa y preocupada, no quería que ninguno de sus amigos dejarán de comer aquel delicioso platillo, la risas se escucharon y en pocos minutos esas risitas desistieron. La voz de Alexby hizo acto de presencia, con un tono serio y lleno de tristeza y decepción.

— No entiendo, cómo podemos seguir aquí, conversando y riendo, cuando todo un pueblo no nos aprecia, como nuestro pueblo está consumido por la oscuridad.

Los héroes guardaron silencio, inclusive aquel sujeto de ojos verdes, sabía de antemano cómo se sentía aquel muchacho.

— Alexby, nosotros estamos aquí porque Merlon...

— Merlon se encuentra liderando a los del pueblo, porque a nosotros no nos hacen caso.

Alexby interrumpió a Vegetta, haciendo que todos se sintieran sorprendidos. Era evidente que aquel pequeño muchacho estaba callando a su líder, aquellos que habían votado para que Vegetta fuera el que tomara riendas en los asuntos.

Mio [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora