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Eran casi las dos de la madrugada cuando Jungkook decidió volver al palacio, obviamente entrando por la puerta de atrás y escabulléndose sigilosamente hasta su habitación. Tardó poco en recoger sus cosas, ya que no se había llevado prácticamente nada de sus antiguas pertenencias.

Cuando lo hubo dejado todo listo, fue a la habitación de Hoseok para despedirse de él y dejarle un mensaje para los otros chicos. Le gustaría despedirse de ellos uno a uno en persona y agradecerles por su amabilidad, pero sería demasiado arriesgado y probablemente alguno acabaría chivándose a Taehyung.

—H-hyung —lo llama en un susurro y tocando su brazo con suavidad.

—¿Jungkookie? —el mayor se incorpora mientras frota sus ojos y lo atrae en un abrazo —¿dónde estabas? ¿Estás bien? Nos tenías muy preocupados.

—Estoy bien, p-perdón por despertarte —balbucea entre lágrimas. Iba a echarlo de menos, pero sabía que estaba tomando la mejor decisión —me vuelvo a casa hyung, sólo quería despedirme —le sonríe cálidamente, intentando dejar de llorar.

—No te vayas Jungkook, por favor —pide atrayéndolo en un abrazo y limpiando sus mejillas —cuidaremos mejor de ti y no nos pondremos celosos.

—No es por eso Hoseok, estoy muy agradecido con todos vosotros y me gustaría que se lo dijeras al resto. Habéis sido realmente buenos y amables conmigo, casi como si fuésemos una familia —sostiene su rostro entre sus manos y acaricia sus mejillas con sus pulgares —pero debo marcharme.

—Habla con Taehyung al menos y explícale por qué vas a marcharte —el mayor sabía perfectamente que la razón de que Jungkook quisiese marcharse fueron las duras palabras del príncipe, aquello era obvio.

—No quiero, si lo veo voy a acabar cediendo ante sus palabras. Soy débil con él y bastante me he dejado llevar —niega notando las lágrimas caer más rápido, por lo que agradece cuando el mayor vuelve a abrazarlo —no quiero seguir siendo su juguete.

—No eras un juguete —llegados a este punto, cualquier intento para convencer al menor de que se quedase sería inútil, así que Hoseok decidió no insistirle y dejarle tomar la decisión que le hiciese feliz en ese momento —también vamos a extrañarte. Puedes venir a visitarnos si quieres o enviarnos cartas.

—Lo haré hyung, gracias —se separa del abrazo y besa su mejilla antes de ponerse en pie. Le sonríe por última vez y se dirige a la puerta para marcharse.

Suspiró aliviado cuando por fin estuvo fuera del palacio rodeado de aquel paisaje que también iba a extrañar. Tras observarlo un par de minutos en silencio, comenzó a caminar de vuelta a su poblado, al que probablemente llegaría cuando amaneciese tras un largo camino a pie.

Ya en la mañana, Taehyung se levantó de su trono para caminar un poco por la sala y así evitar dormirse. Había pasado allí toda la noche en vela esperando por el menor para disculparse por las cosas feas que dijo para tranquilizar al resto. Aquello no fue justo y por supuesto no fue cierto, Taehyung era capaz de ver sus errores, pero fue la única manera de calmar aquel ambiente de tensión que últimamente tenía con sus chicos. Ni siquiera fue a desayunar por andar hablando con sus guardias para que hiciesen una búsqueda más eficiente del menor, así que no estuvo presente cuando Hoseok informó de lo ocurrido.

—Jungkook se ha marchado —anuncia apenas todos (excepto Taehyung) se sentaron a desayunar —anoche entró a mi habitación a despedirse y quiere que os de las gracias de su parte por lo amables que hemos sido con él —sonríe entristecido junto al resto.

—¿De verdad se ha ido? —Seokjin esboza un leve puchero sin poder evitarlo, ya que no podría volver a pasar tiempo con el pequeño de todos, ni pelearse por cualquier bobada para posteriormente acabar riendo a carcajadas o cantando juntos.

—¿Se lo has dicho a Taehyung? —Minjae deja sus palillos sobre la mesa, sintiendo un nudo en el estómago por la triste noticia.

—Aún no... no sé si sea buena idea.

Continuaron hablando sobre el tema, buscando opciones para comunicarle la noticia al príncipe e intentar hacer que sonase lo menos doloroso posible, cosa que iba a ser muy difícil. Únicamente Bogum permaneció en silencio y con la cabeza gacha, maldiciéndose a sí mismo por haber provocado todo aquello solo por sus celos.

Casi ninguno tocó su comida, ya que se sentían disgustados por la noticia. Justo cuando iban a levantarse de la mesa, Taehyung entró en el comedor, por lo que todos se quedaron en silencio y mirándose mutuamente sin saber cómo actuar.

—Buenos días —sonríe desganado y se sienta en su sitio, soltando un suspiro de cansancio —lo siento mucho, aún no hemos podido encontrar a Jungkook —al momento su sonrisa se desvanece y baja la cabeza —saldré también a buscarlo, sólo quería al menos daros los buenos días.

—Taehyung —lo llama Hoseok casi en un susurro y dudando si era buena idea o no decirle la verdad —Jungkook... —se muerde el labio inferior al ver al contrario mirarlo en cuanto pronunció aquel nombre —Jungkook se ha marchado a casa.

—¿Qué? ¿C-cómo sabes eso?

—Anoche volvió a palacio y vino a despedirse de mi y a dejar un recado para el resto.

—¿Por qué no me avisaste? —pregunta notando el sueño abandonarlo al momento.

—Jungkook me pidió que no lo hiciese, lo siento —baja la cabeza arrepentido, ya que probablemente si hubiese ido a buscar a Taehyung a tiempo, el menor estaría allí desayunando con ellos.

—Joder —el rubio se levanta de la mesa mientras pasa sus manos por su rostro y vuelve en busca del jefe de sus guardias para ordenarle la nueva estrategia —quiero que averigüéis dónde vive Jungkook y me lo hagáis saber. Quiero tener esa información lo antes posible —al momento los guardias dejan de buscarlo por los alrededores del castillo y se centran en buscar al menor en pueblos y ciudades cercanos o no tan cercanos.

Jungkook llegó a su casa sobre las diez de la mañana tras haber recorrido todo el camino desde el palacio sin parar.

—Jungkook, hijo —su madre lo abraza entusiasmada, pensando que aquello era solo una visita. Rápidamente su expresión pasó a ser de preocupación cuando su hijo comenzó a llorar en su hombro mientras la abrazaba —¿qué ocurre?

—Taehyung no me quiere, sólo me está usando —sorbe su nariz y cubre su rostro con sus manos.

Su progenitora se queda en silencio al no saber qué hacer para consolarlo, además de que tampoco sabía exactamente que había pasado. Le dejó al menor un tiempo para que se desahogase y se tranquilizase, hasta que él mismo dejó de abrazarla.

—¿Te apetece desayunar? Seguro que has andado mucho y tienes el estómago vacío.

—E-está bien —limpia sus mejillas y acompaña a la mujer a la cocina, sintiéndose aún muy apenado por todo lo que acababa de dejar atrás, principalmente por alejarse del chico que había robado su corazón incluso sin pretenderlo.

Harem 13 «Vharem/KookTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora