Harem 13 «Vharem/KookTae»

21 [Final]

—Taehyung cálmate un poco —pide Jimin intentando abrocharle la capa blanca, notando al menor temblar.

—No puedo Jimin, ¿y si algo sale mal? —vuelve a mirarse en el espejo por décima vez, comprobando que todo estuviese perfecto.

—Va a salir genial, deja de ser tan histérico —chasquea su lengua y vuelve a sentarlo para arreglar en su pelo hasta el más mínimo detalle.

—Le estás pidiendo algo imposible —replica Hoseok mientras ríe, aún sentado en la cama.

—¿Me veo bien?

—Te ves absolutamente precioso e increíble, Jungkook va a enamorarse aún más de ti cuando te vea caminando hacia el altar —asegura el mediano, sosteniendo las mejillas de su amigo y dejando un beso en su frente —enhorabuena Taehyung.

—Gracias Jimin —le sonríe de manera sincera y se pone en pie para que los tres pudiesen salir del palacio y subir a las carrozas que los llevarían al palacio del rey, donde anteriormente también se había casado el príncipe mayor y futuro heredero.

El día por fin había llegado. Iba a casarse con Jungkook y la ocasión no podía ser más ideal. El cielo estaba de un azul claro precioso, la temperatura era ideal y todo estaba saliendo a la perfección. Era como si el mundo estuviese deseando aquel enlace.

Taehyung miró a través de la ventana cómo iban acercándose al otro palacio, que era mucho más grande que el suyo y que podría albergar a más invitados. Habían venido integrantes de ambas familias, además de numerosos miembros de otras familias reales y ciudadanos de alto estatus social. Sin duda el enlace iba a ser noticia durante mucho tiempo.

Taehyung llevó su mano a la cabeza para asegurarse de que la corona seguía ahí encima intacta y sin estropear su pelo. Pronto notó sus manos sudorosas debido a los nervios. Ya había estado frente a cientos de personas en eventos importantes y había dado demasiados discursos como para contarlos, pero no recordaba haber estado tan nervioso nunca, ni siquiera en su coronación como príncipe. Aunque sabía perfectamente que los nervios no eran a causa del público, sino por lo que en realidad celebraba: iba a casarse con Jungkook y parecía absolutamente un sueño.

Al principio, cuando ambos chicos hablaban de ello, sonaba como algo que harían algún día dentro de bastantes años, no obstante, decidieron dar el paso casi dos años después de empezar su relación. Tal vez para algunos era pronto, pero ambos estaban completamente seguros y se amaban, así que no necesitaban más tiempo. Además, el hecho de estar casados supondría una ventaja para ambos en todos los aspectos.

—Ya hemos llegado, alteza —la voz del cochero lo saca de sus pensamientos y espera hasta que le abren la puerta del carruaje para salir. Respira hondo unas cuantas veces mientras mira el gran palacio, notando cómo los nervios iban desapareciendo poco a poco en cuanto al pasar por las grandes puertas, sus ojos se cruzaron con los del azabache, que le sonreía al borde del llanto.

Se acercó lentamente, pisando los pétalos blancos que anteriormente habían sido esparcidos por toda la alfombra. Los invitados guardaban un silencio absoluto, aunque la mayoría conservaban sonrisas. Igualmente, una suave melodía tocada a piano sonaba de fondo.

En cuanto se paró junto a Jungkook, le volvió a dedicar una leve sonrisa algo sonrojada. El menor se veía aún más precioso que de costumbre, incluso llevaba sobre su cabeza la corona que Taehyung le ofreció en el pasado y que normalmente se rehusaba a vestir.

—Estás hermoso —susurra Jungkook, ampliando la sonrisa de Taehyung de manera que sus mejillas comenzaron a hormiguear.

El evento transcurrió como cualquier boda, con varias lágrimas de por medio entre las que destacaban los más cercanos a la pareja. El padre de Taehyung lloraba como un bebé mientras era consolado por su esposa. Ambos de sus hijos se habían casado y no podía estar más orgullos de ellos aunque con Taehyung pelease constantemente. Los cinco consejeros de Taehyung, también lloraban de felicidad al ver aquel enlace tan bonito y puro. En especial Jimin, que tuvo que cubrir su boca con un pañuelo de tela para no acabar sollozando.