Harem 13 «Vharem/KookTae»

Extra

Taehyung y Jungkook permanecieron con sus manos entrelazadas mientras paseaban tranquilamente hacia el orfanato que habían inaugurado hacía no mucho tiempo cerca de su palacio. Estaban muy orgullosos de aquel acto, ya que pudieron sacar a muchos niños y niñas de las calles, protegerlos y cuidarlos.
Además, siempre se aseguraban personalmente de que el abastecimiento en ropa, comida y medicinas fuese suficiente. Por supuesto también sorprendían a los menores de vez en cuando con algunos regalos. Otro punto clave fue la educación que ellos mismos planificaron para los menores. Fueron muchas horas de trabajo y preparativos, pero sin duda había merecido la pena.

—¿Crees que Jinsoo se encuentre mejor? —pregunta Taehyung esbozando un leve puchero al recordar el estado en el que se encontraba el niño de 4 años.

—Seguro que ya está casi curado —Jungkook trata de tranquilizarlo, trayéndolo para besar su mejilla.

En cuanto llegan al orfanato, todos los menores fueron corriendo a saludar a ambos con entusiasmo, enganchándose a sus piernas y agarrando sus manos.

—Buenas tardes bebés —los saluda Taehyung con una sonrisa, agachándose para estar a la altura de la mayoría. Allí todos eran menores de 12 años, por lo que el príncipe los consideraba sus bebés.

Igualmente, Jungkook también se agachó para poder saludarlos uno a uno, volviendo a erguirse en cuanto se aseguró de saludar a todos los pequeños.

—¿Cómo te encuentras Jinsoo? —pregunta el de cabello castaño al verlo por fin con el resto de niños, ya que debido al fuerte constipado que había pillado una semana atrás, las encargadas del orfanato lo mantuvieron alejado del resto para evitar contagios.

—¡Bien! Ya me he curado —asegura con una sonrisa y agarra una de sus manos junto al resto de niños para arrastrar a los mayores a la gran sala que utilizaban como zona de juegos.

Allí, Jungkook por fin pudo identificar a la única niña que no iba nunca a saludarlos, así que no dudó en acercarse a ella cuando el resto se hubo calmado un poco.

—Hola Haneul —se agacha junto a ella y toca su hombro con suavidad. La menor, se gira en la silla y a tientas lo abraza —¿qué tal estás?

—Bien —susurra sin despegarse del abrazo.

La pobre niña resultó ser ciega desde nacimiento, así que sus padres la abandonaron a muy temprana edad en cuanto se dieron cuenta del problema. Había estado prácticamente toda su vida de orfanato en orfanato, pero nunca se había sentido tan cómoda como en aquel, sobretodo cuando los mayores iban a verlos.
Debido a su enfermedad, casi no podía jugar con el resto, así que se limitaba a quedarse cerca, escuchándolos reír y a veces llorar. No obstante, los demás siempre trataba de incluirla a pesar de las negaciones de la chica, que se excusaba diciéndoles que entorpecería su juego si se unía.

—¿Me has echado de menos? —al ver que la menor no tenía intención de soltarlo, optó por cargarla en brazos.

—Mucho —asegura totalmente relajada al estar recostada en su pecho.

—Vamos con el resto, ¿vale?

—Vale —notó que ya estaban con ellos cuando las voces se incrementaron y sintió a Jungkook sentarse en uno de los sofás, pero manteniéndola en su regazo.

—¿Qué habéis aprendido estos días? —pregunta Taehyung y sonríe automáticamente cuando todos se turnan para contarle algunas cosas la mar de sonrientes. Le entristecía mucho saber que todos aquellos niños tenían tantas carencias afectivas, por eso siempre trataban de ir a visitarlos a menudo y llenarlos de amor.

—YoungMi se cayó ayer cuando jugábamos con la pelota —explica Jinsoo señalando a la chica, la cual le mostró una herida a ambos mayores.

—Pero casi no me duele, Nana me está curando —eran dos mujeres las que se encargaban de los menores y probablemente ambas estaban cocinando la cena, aprovechando que los príncipes estaban cuidando a los niños.