Capítulo dos

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Gulf abrió los ojos y entonces se llevó la mano al golpe pues le dolía.

—¡Hola!, ¡Ayuda, por favor !—gritó suplicante—... ¡Socorro!, ¡Socorro!.

—¡Cállate o te partiré la boca!, ¡Hoy serás mi juguete, así que prepárate!— le gruñó el alfa rompiendo su silencio.

Mew estaba eufórico, ya que el exquisito y diferente olor del omega lo tenía casi al borde de la locura, por lo que a penas lograba dominarse y conducía dando bandazos de un lado a otro de la carretera.

Tras varios minutos al fin llegó a su mansión y tras aparcar su lujoso coche en el garaje, sacó al asustado omega del maletero y abrió la puerta del sótano donde entró y a continuación cerró con llave.

Mew bajó las escaleras y tiró al delicado omega bruscamente en el frío colchón y acto seguido le arrancó la ropa de un solo tirón.

—¡No me haga nada, por favor!—gritó  el omega entre sollozos— ...¡soy virgen!, ¡nu-nunca he estado con un alfa y quiero encontrar a mi destinado.

El alfa hizo caso omiso ante las muchas súplicas de este, por lo que se sacó la ropa también, sin dejar de mirarlo y relamerse mientras sonreía diabólicamente.

—¡Noooo... por favor!, ¡se lo suplicó!, ¡no me lastime!.

Mew se abalanzó sobre el delicado cuerpo del omega y lo sujetó de las manos.

—¿Cómo te llamas caramelito?—preguntó este clavándole sus negros ojos.

—Gulf, Gulf Kanawut—contestó este llorando asustado.

—Si te porta bien, no sufrirás mucho daños, ¿de acuerdo?.— le susurró el alfa olisqueando su cuello.

Esas palabras no tranquilizaron nada al omega pues este siguió resistiéndose debajo del alfa, el cual finalmente término golpeándolo varias veces en la cara, para que este lograra calmarse y luego lo ató a la cama.

Este estaba totalmente embriagado por el aroma de este, besó y lamió sin descanso el delicado cuerpo de Gulf, el cual no paraba de gimotear.

El alfa ya no soportaba la presión de su dura y palpitante polla.

—Joder... eres muy hermoso pequeño y jodidamente caliente.

—P-Por favor de-déjame ir... no quie-quiero hacerlo.... No estoy preparado aún -volvió a suplicar el adolorido omega.

—¡TE DIJE QUE TE CALLASES YA!—rugió entonces furioso el alfa.

Harto ya de intentar dominarlo volvió a golpearle dejándolo inconsciente pues por alguna razón ese omega le resultaba más difícil que con otros, ya que lo tenía tan loco, que tan solo pensaba en satisfacer cuanto antes su propio instinto.

Rápidamente le dio la vuelta, le alzó el trasero y sin piedad profanó el cuerpo del inconsciente omega, penetrándolo una y otra vez mientras le apretaba las nalgas con fuerza.

Luego de unos minutos de violentas penetraciones, el omega volvió en sí y entonces comenzó a gritar por el dolor que sentía, aunque Mew no se detuvo, ya que sus gritos lo excitaban más.

Gulf no lo resistió y acabó  desmayarse pues el grosor del alfa lo rompía por dentro y el dolor era  insoportable.

Mew le embistió de forma tan atroz que este ni siquiera se enteró cuando el nudo se hinchó y tras olisqueale el  cuello, le clavó los colmillos mientras derramaba su semilla.

Luego de unos minutos, el alfa salió del interior del omega y se tumbó al otro de la cama para recuperar el aliento.

Luego de un buen rato, este se levantó, bebió un buen trago de agua fresca y comió algo, mientras observaba al omega que yacía tirado entre las sábanas, aún sin despertarse.

La lucidez de Mew volvió por unos instantes y muy nervioso contempló lo que acababa de hacer.

—¡Oh mierda, joder!... ¡idiota¡..¡idiota!, ¿Qué has hecho?—se gritó confuso pues nunca antes había mordido a un omega.

Poco después, Gulf volvió en sí,  entonces se removió y empezó a quejarse por el dolor.

Con dificultad se incorporó ya que aún tenía sus manos atadas y vio al alfa que le acercaba una bandeja con comida y agua.

Este pegó un salto muy asustado cuando Mew le agarró las manos, pensando que lo quería volver a lastimar pero sólo era para soltarle una mano y que pudiese alimentarse.

El omega estaba tan dolido, asustado y enfadado que rechazó  los alimentos y de un manotazo los lanzó al suelo.

—¡COME JODER!—Gruñó nuevamente el furioso el alfa— ...¡Pronto necesitaré desahogarme de nuevo y no quiero que te mueras sin hartarme de ti!

—Pre-Prefiero m-morirme de hambre, a-antes que dejar que vu-vuelvas a to-tocarme— gimoteó Gulf—… ¡e-eres un ser malvado y a-asqueroso!, ¡te odio!...

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1. El Gruñido Del Alfa-Mewgulf-Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora