Capítulo dieciséis

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Mew regresó a su casa en la mañana, después de dar vueltas casi toda la noche y terminar durmiendo en lo alto de una piedra enorme en medio del bosque.

Había estado conduciendo sin rumbo por la cuidad, sin saber que hacer ni a donde ir, hasta que se detuvo a un lado de la carretera, se bajó de su automóvil y se sentó bajo un árbol escuchando los ruidos de la noche.

De pronto había escuchado a los coyotes aullar y vio a uno de ellos a lo lejos, en lo alto de una gran piedra, ya se acercaba la luna llena y entonces este se levantó y caminó hasta allí pero para cuando llegó el animal ya se había ido.

El alfa subió a la piedra también y luego se había quedado allí, contemplando el cielo estrellado y las luces de la cuidad.

Aquello era hermoso y tranquilo, aunque también era muy solitario, sintió su alfa apaciguarse, era muy gratificante, sin duda ese era un lugar especial.

Tras entrar en su casa y miró con fastidio su sala destrozada, por la cual tendría que llamar de nuevo a un decorador que lo arreglara, entonces subió la gran escalera y fue a su habitación para darse una ducha y cambiarse de ropa.

Al terminar decidió ir al cuarto del omega y vio que esta estaba entreabierta, sintió una gran angustia pues pensó que Gulf se había escapado de nuevo y estaría vagando sin rumbo por la calles después de caminar toda la noche.

Ya solo quedaba un leve resto de su aroma, muy abatido se sentó en la cama y cogió la almohada en la que el omega había reposado su cabeza y acto seguido la olió.

Notó de nuevo ese gran vacío, el mismo gran agujero que sintió al perderle la primera vez.

Estaba angustiado sin saber si estarían bien y se descubrió muy preocupado incluso mucho peor que entonces.

Ya iba a irse derrotado y sin fuerzas cuando escuchó un ruido en el baño, rápidamente se acercó a la puerta pues ni siquiera se había dado cuenta de mirar allí.

Intentó abrirla pero esta estaba cerrada por dentro.

-¡Gulf!, ¿Estás ahí?... ¡Abre la puerta por favor!-rogó.

Nada se escuchó.

-¡Gulf, abre la maldita puerta o la tiraré abajo!-gritó entonces.

De nuevo el omega no respondió ni le abrió.

-¡Muy bien tú lo has querido!-gritó muy molesto golpeando la puerta.

De un puñetazo la destrozó y los trozos salieron volando, entonces se adentró en el bañó y se lo encontró acurrucado en la fría bañera.

Se acercó nervioso y tras tocarlo comprobó que Gulf estaba muy frío y apenas respiraba, entonces comprendió lo que había sucedido.

Este lo cogió en brazos y lo tendió sobre la cama tapándolo bien para que cogiese calor y rápidamente llamó a una ambulancia.

(...)

Aquella mañana a Mild le extrañó no ver a Mew en la oficina, ya casi rondaban las diez y él nunca desaparecía así, entonces lo llamó y este le dijo en donde estaba.

El abogado no lo dudo y velozmente cogió su coche y se fue hasta el hospital.

-¿Qué es lo que ha pasado?, ¿por qué el omega está aquí?, ¿qué le has hecho?- le preguntó este muy preocupado en cuando lo vio dando vueltas tras llegar a la sala de espera.

-Y-Yo no lo toqué pero se asustó mucho y-y se encerró en el baño....

-¡Oh joder!, ¿y el bebé?.

-N-No lo sé-Balbuceó angustiado el alfa-... no me han dicho nada...yo me fui y se debió de quedar dormido,.... m-me lo encontré esta mañana en la bañera... Estaba muy frío e inconsciente.

-¿Qué lo asustó tanto?, ¿por qué se encerraría toda la noche en el baño?-preguntó el abogado.

Mew sabía de sobra la respuesta pero en cambio no dijo nada pues ya se sentía bastante mal y no necesitaba escuchar los reproches de su amigo, poniéndolo aún más nervioso.

Tras varios minutos, un beta que parecía ser médico salió.

-¿Cómo está el omega doctor?-preguntó el alfa.

-El pequeño está fuera de peligro aunque ha sufrido una leve hipotermia...al parecer ha tenido un cuadro severo de nervios y también tiene algo de anemia pero....

-¿Qué pasa doctor?, ¡hable de una vez!-dijo Mild nervioso.

-...pero su bebé está muy delicado...sus latidos son muy débiles y además es más pequeño de lo normal... Se supone que está de seis meses, ¿Acaso no tiene alfa?, el semen y el apoyo del alfa, son muy importantes y necesarios para un omega cuando está gestando.

Los alfas se miraron y negaron con la cabeza muy preocupados.

-Bien...aquí haremos todo lo posible para salvarlo pero no tengan muchas esperanzas-dijo finalmente el doctor.

-¿Po-Podemos verlo?-preguntó Mew muy impaciente.

-Les avisaran cuando puedan entrar, por favor no lo alteren.... Ah una cosa más...deberían llamar a su familia... Alguien tiene que responsabilizarse de ese omega, ya que él es un menor.

Ambos amigos asistieron y se miraron con preocupación pues alertar a lis padres y a la policía era lo último que querían hacer.

1. El Gruñido Del Alfa-Mewgulf-Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora