1. El Gruñido Del Alfa-Mewgulf-Omegaverse-Terminada

Capítulo veintidós

Mew fue metido en un frío y oscuro calabozo, después de ser interrogado durante varias horas.

Al principio no entendía nada y se negaba a creer que Gulf finalmente lo hubiese delatado pero no tardó en saber que habían sido los padres de este, luego de que lo habían descubierto.

Mild apareció en cuanto su amigo lo llamó pero poco pudo hacer el abogado pues había mucho en su contra y aunque faltaba la declaración del menor, todo indicaba que terminaría en la cárcel.

Allí solo y en aquel calabozo, Mew tuvo tiempo de pensar en todo lo que había vivido, en sus padres, en sus empresas y en que todo el dinero y el poder carecía de importancia, ante el amor del omega destinado y ante la dicha de ser padre.

Según fueron pasando las horas, el alfa se sintió peor aún, jamás pensó lo duro que sería eso y entonces pensó en Gulf y en lo mucho que tuvo que sufrir día tras día, encerrado en su sótano, tirado en aquella cama desnudo y adolorido por los golpes y las violaciones.

-Soy un maldito desgraciado y merezco estar aquí... Merezco estar encarcelado por el resto de mi asquerosa vida...oh joder, lo lamento tanto pequeño, fui un bastardo hijo de puta contigo mi ángel- se lamentó.

Los días pasaron mientras su amigo siguió luchando para poder sacarlo bajo fianza pero los Kanawut ejercían tanta presión que el juez denegó todas las peticiones.

Mientras en el hospital, Gulf estaba muy triste pues el alfa había dejado de ir a visitarlo y ni siquiera había visto a Mild para preguntarle pues no entendía que era lo que había pasado después de pasarse tiempo juntos y muy felices.

Tenía la sensación de que le ocultaban algo pero tenía mucho miedo de preguntar, sabía que sus padres mentían diciéndole no sabían nada de ningunos de los alfas.

La verdad era que no estaba desencaminado pues sus padres habían prohibido la entrada a Mild y a cualquier ser que no fuesen ellos e incluso había un guardia en la puerta.

Mientras que Mew, en la celda cada día estuvo más abatido que el anterior pues la ausencia de su omega ésta vez era incluso peor que la anterior y finalmente dejó de comer y de luchar, pues aceptaba su castigo con culpa y resignación.

Pasado un mes, Gulf salió del hospital, aceptando de nuevo que tendría que vivir sin el alfa, ya que éste no parecía estar dispuesto a aceptarlo como su destinado.

Este se encontró de nuevo prisionero pues sus padres no dejaban que saliese a ningún lado, vivía de nuevo secuestrado pero en su casa y por sus propios padres, además le habían dicho una sarta de mentiras pero era crucial quedarse allí, si quería que su bebé naciera vivo.

Le pusieron un profesor particular y le tenían restringidas las horas de tele, también le prohibieron algunos canales y no le dejaban leer nada de prensa pues temían que se enterase de que Mew estaba en la cárcel por que ellos lo habrían denunciado.

Pero solo pudieron ocultarlo por un mes más pues un día, su madre cometió un error y se dejó un periódico en la cocina debajo de unos manteles que se olvidó guardar.

Gulf entonces bajó a desayunar como cada día para luego comenzar con sus clases, su bebé ya pesaba y su barriga de ocho meses se le hacía un poco molesta.

Hacía movimientos lentos y torpes, por eso cuando se levantó de la mesa con su tazón de cereales, tropezó y tiró los manteles al suelo, descubriendo así el periódico bajo ellos.

Rápidamente lo metió bajo su jersey y se encerró en el baño, sabía que había algo que sus padres ocultaban pues empezaba a pensar que era excesivo que le prohibieran ver la tele y la prensa pues nunca lo habían hecho eso.

Este se sentó en el retrete y empezó a pasar página a página sin ver nada notorio, hasta que llegó a la de sucesos y entonces vio una foto suya y otra del alfa junto a un horrible titular:

«Mew Suppasit, violador y secuestrador del omega menor de edad Gulf Kanawut y que permanece en el calabozo desde hace dos meses, será juzgado y condenado en menos de una semana»...