Capítulo 5.-“¿Puedo acompañarte?
Escuchaba mucho ruido a mí alrededor pero eso no fue un impedimento para seguir durmiendo. Mi piel se erizó debido al frío que sentía. Al cabo de un rato el calor me acogió nuevamente, sumado con un olor a perfume varonil muy fuerte. Me arrope con aquella chaqueta y volví a acurrucarme sin abrir los ojos. No supe cuanto dormí hasta que sentí que alguien pinchaba en mi hombro. Abrí los ojos y pestañe un par de veces para acostumbrarme a la luz. Un pequeño de no más de seis años estaba mirándome con una mano en su boca y con la otra tocándome el hombro.
— ¿Hola? —Cubrió su pequeña boca con ambas manos y se agacho, quedando fuera de mi vista. Me levanté dejando la chaqueta en el sofá. Lo rodeé y me agache a la altura del pequeño. Aún tenía ambas manos en su boca. — ¿Cómo te llamas?
—Zac.
— ¿Dónde están tus papas, Zac? —El pequeño apuntó en dirección a la salida que llevaba al pasillo.
—Papá está hablando con el doctor.
— ¿Dónde está tu mami?
—Mami está descansando en la habitación, papi está hablando con su doctor.
— ¿Tu mami está enferma? —Asintió y puso sus manos sobre sus cortas piernas. — ¿Quieres un dulce? —Abrió su boca sorprendido y comenzó a mover su cabeza de arriba hacia abajo muchas veces. Me reí y me puse de pie. Extendí mi brazo y tomé su mano, él no protesto. Llegamos a la máquina y esperé a que él escogiera.
—Quiero las gomitas dulces.
— ¿Las con forma de ositos? —Sonrío y asintió. Miró por el vidrio de la máquina, mientras yo introducía las monedas. Cuando cayó la bolsa, metió su pequeña mano en el agujero y saco sus gomitas. — ¿Quieres ir a buscar a papi?
—Gracias por las gomitas. No, me dijo que me quedará aquí y que no molestara a nadie.
— ¿Por eso decidiste despertarme de mi sueño? —El pequeño sonrió apenado y sus mejillas se tornaron de un leve rojo.
—Lo siento. —Asentí y tome su pequeña mano.
— ¿Sabes? Tres de mis amigos estaban aquí conmigo, pero ahora no veo a ninguno. ¿Los viste? —Abrió las gomitas con sus dientes y se metió una a la boca. Dudo un minuto y luego asintió.
—Esa chaqueta —Apunto hacía el sofá. —Es de uno de ellos. Salieron por donde salió papi. —Asentí en silencio y camine con Zac al sofá. Estuvo centrado en sus gomitas hasta que vi como entraban a la habitación Marco, Enrique y Ryan.
— ¿Dónde estaban?
—Fuimos a la cafetería, ya no podía comer frituras. —Ryan se sentó al lado de Zac, Marco y Enrique en el sofá de en frente. — ¿Quién es él? — Susurró en voz alta por detrás de Zac. Me reí, abrí la boca para decir su nombre pero el pequeño se me adelantó.
—Me llamo Zac. Y estoy aquí. —Todos reímos ante su comentario. Un señor alto de cabello claro, como el de Zac entró a la sala de espera. — ¡Papi! —El pequeño se levantó de golpe y corrió a los brazos de su padre. Ambos se acercaron a nosotros.
—Gracias por cuidar de él. —Su padre nos sonrío y yo sólo le devolví el gesto.
—Es un pequeño adorable, no se preocupe. —Nos asintió y se marchó con Zac en brazos. Suspiré y miré a los chicos.
— ¿Han sabido algo? —Los tres me miraron con complicidad en su rostro.
—Nada ha mejorado, ni empeorado. Todo sigue igual, ___. Y por lo que dijo el doctor, tendrá que estar aquí un buen tiempo.
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Changing Attitudes [BOOK 2; Drugs & Troubles]
FanfictionCuando pierdes lo que te mantiene vivo, algo dentro de ti se destroza, se pierde la fe, se pierde todo. Cuando despiertas y piensas que todo seguirá su curso, te equivocas. Quien quieres ha cambiado, y es ahí, es ese jodido momento, en el que reca...