Changing Attitudes [BOOK 2; Drugs & Troubles]

Capítulo 6.-"¿Quién corre hoy?"

Capítulo 6.-"¿Quién corre hoy?"

El lugar era diferente a lo que generalmente acostumbraba. Papá y mamá solían ir a cenas con sus amigos del trabajo, o amigos de toda la vida, y solían ser en un buen restaurante, o un buen bar. Pero en cambio aquí, había un camión que vendía hamburguesas al otro lado de la calle, y un bar un poco destartalado con el paso del tiempo. O mejor dicho muy destartalado. Unos cuantos pasados de copas merodeaban fuera del bar. Nunca había estado en esta parte de Los Ángeles, todo era nuevo para mí. Sólo vi a unas chicas con jeans o shorts, mientras que el resto de ellas iban con un vestido que cubría hasta debajo de su muslo. Llevaban unos tacones altos y su cabello largo. La mayoría vestían igual. Paul se giraba a verlas de vez en cuanto.

-Deja de verles el culo.

-Cuando algo es maravilloso, hay que apreciarlo. -Reí ante sus palabras y le codeé el estómago. Nos adentramos más a la calle en dónde los autos estaban parados frente a otros y la gente los rodeaba con una cerveza en su mano. Paul rodeo mi cintura con su brazo, con cuidado de no apretarme demasiado a él; aunque fue en vano, las chicas meneaban sus caderas con el ritmo de la música proveniente de los autos empujándome contra él. Un chico rapado y un poco más alto que Paul se acercó a nosotros.

- ¡Colega! -Paul se alejó un poco de mí y saludo con un apretón de puños al otro chico.

- ¿Cómo van las apuestas esta noche?

-Van bien. Pero hombre, ¿no me presentas a tu nueva chica? -El brazo de Paul se posó en mis hombros y me sonrió.

-No es mi chica, Adam. Es la chica del jefe.

- ¿El gran Bieber? -Lo miré detenidamente, su cara mostró confusión y luego me sonrió. En cambio Paul le asintió e hizo una mueca.

-Sí. De Justin.

-No me sorprende que después de tener ese accidente, su chica este entre los brazos de alguien más. Todos sabemos cómo son las chicas de Bieber. -Me guiño un ojo y encendió un cigarrillo.

- ¿Cómo serían las chicas de Bieber? -Por fin logré articular palabra. Su mirada mostraba diversión y algo de picaría. Algo dentro de mí cambió, rabia, la rabia me consumía en ese minuto.

-Unas perras. Ya sabes, como tú. -Exhalo el humo en mi cara causándome asco. No tuve tiempo de pensar, y Paul tampoco tuvo el tiempo de detenerme. Mi palma se plantó en su mejilla derecha. Lo tomé por desprevenido, causando que su cigarrillo cayese al cemento y que las personas que estaban a nuestro alrededor se girasen sobre sus talones a ver el espectáculo.

-Eh, ___. -Paul me puso detrás de su espalda y espero a que Adam me mirara.

-Se defenderme sola, Paul. Este tío se cree que puede hablar así de la gente en frente de ellas. Pues conmigo se equivocó. -Golpeé el hombro de Paul y volví a mi posición anterior delante de él. Adam, se giró y me sonrió.

-Te la perdono. Sólo porque Bieber es un gran amigo. Y porque nadie en la puta vida, había tenido tu valor.

-No me interesa tu perdón. Puedes ahorrártelo. -Pase a su lado, Paul venía detrás de mí, las personas que habían formado un repentino círculo se corrieron para darme una pasada. Llegue a un callejón y espere a Paul.

-Bien hecho colega, dame esos cinco. -Levantó la mano y le seguí el acto chocando nuestras manos.

- ¿Vas a apostar?

-Era el plan. Pero has salido de allá como una bala. No podía dejarte venir sola, y además, Adam, es el de las apuestas. -Se encogió de hombros y metió sus manos a los bolsillos de sus jeans.