XI

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Qué frío del orto, se me está helando hasta la chota.

Weeeeey ¿qué tal vas? ¿ya vas a llegar?— me pregunto México del otro lado de la linea.

—Todavía no, me falta…— me quedé unos segundos en silencio al no tener la las puta idea de siquiera dónde estábamos— che, pirata ¿cuánto falta?

—30 minutos— me contestó el estirado sin voltear a verme siguiendo viendo por la ventanilla del auto.

—30 minutos— le informé.

—Todavía no me la creo que hayas aceptado que el estirado te acompañe— me comentó con humor México.

—No tenía de otra, era eso o Alemania, no me sentía de humor como para escuchar sus cosas— y con cosas me refiero a preguntas incómodas que estoy seguro me haría con tal de sacarme información de Nazi, cuando en realidad no sabía una mierda de sus jugadas durante la guerra.

—Pensé que se llevaban bien— me dijo con tranquilidad.

—Y así es, no le quita lo incómodo.

—Te pediría los detalles sucios pero dudo que te puedas de poner de rodillas con el inglés mirando— soltó México, haciendo que me sonroje.

—Vos sos el que chupa pija, a mi me la chupan— le dije de forma defensiva, pero mirando de reojo a UK, notando que se había estremecido y que me había mirado de reojo, estaba sonrojado.

—Uyy, si cómo no, pues mil disculpas activo— se burlo, pero yo sonreí, y mientras México seguía hablando yo aproveché la distracción de UK y estiré mi mano hasta la suya, luego las entrelace y note la mirada de UK, aunque me hubiera gustado ver su cara, pero decidí mirar a otro lado.

—Que no ura, Brasil se lo está tirando a Uruguay— le dije a México cuando me insinuó que entre él y yo teníamos algo.

—¿Y tú lo dejas? Uruguay es tan chiquito, y Brasil…sin intensiones de sonar sucio debe tener una vergota— me reí con ganas, porque no sabía cuál era la parte que no debía sonar sucia.

—Bueh, cada quién decide qué sable lo destruye— mire a UK por un instante, notando que estaba sonrojado— igual no te dejes engañar, Uruguay puede ser chiquito pero sé que va a poder con Brasil.

—¿Ya saben lo que van a hacer con las quejas?— me pregunto México refiriéndose a Perú y a mí— trate de convencerlo a mi ruski que no lo haga, pero aún así él no controla a la Unión Europea, esa está encabronada contigo.

—No importa, arreglé un trato con los demandantes, accedieron a retirar la queja si yo hablaba con Nazi y conseguía que diga algunos nombres.

—No sé lo que vaya a pasar, pero cuídate— el tono preocupado que México uso, me hizo presentir que se habia dejado llenar la cabeza por el ruso, o se había terminado de convencer que Nazi sólo quería utilizarme.

—Ya vamos llegando, nos vemos.

Colgué antes de que pudiera despedirse y guarde el celular en mi bolsillo suspirando con pesadez. Quería a México, pero muchas veces su amor por Rusia lo cegaba, no lo hacía ser completamente objetivo, o en este caso, no lo hacía estar de mi lado, lo que se me hacía molesto.

—Le mentiste— murmuró UK a mi lado, haciendo que voltee para verlo mejor, todavía sostenía mi mano.
Yo sonreí de medio lado y acerqué nuestras manos entrelazadas hasta mis labios, giré mi mano para que el dorso de la suya que cerca de mis labios y la bese con suavidad.

Niños malos [#C.H 1] |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora