Niños malos [#C.H 1] |COMPLETA|

XIX

Narrador omnisciente:

—Nos engaño desde el principio— susurró ONU al darse cuenta de todo, viendo las puertas por las que el argentino había salido minutos antes.

Rápidamente la mente de ONU empezó a atar cabos. El acercamiento con Inglaterra, la aparición del Nazi, el aprovechamiento de que todos se encontraban distraídos, con sus parejas, tanto que no notaron que Argentina ya había sacado a dos jugadores del gran juego de ajedrez. No le extrañaría que se ayudaran mutuamente, Argentina dándole hombres y armamento, mientras que Nazi ayudaba a Argentina tecnológicamente mejorando su armamento, estaba seguro además de que los hombres que atacaban Inglaterra y que se dirigían a Rusia, eran Argentinos, solo que no llevaban ningún símbolo para identificarlos, por eso eran mudos, por eso ninguna de las tropas francesas e inglesas los habían escuchado hablar, porque sabrían que se darían cuenta que no hablaban alemán, pues sí, en efecto, ni cuando se capturo a una tropa francesa muchos de los soldados eligieron cantar victoria de una forma silenciosa.

—Jugo con nosotros— murmuró perdido en sus pensamientos— si hasta los aviones estaban planeados, significa que fingió, apelo al aprecio que Inglaterra le tenía, lo alejo de sus tierras y le cortó los medios de comunicación, para cuando se haya dado cuenta ya seria muy tarde— susurraba de forma distraída ignorando a los países que empezaban a abandonar la sala por miedo a que el argentino invada sus tierras, como lo hizo con Chile— ¿por qué atacar a Chile?— se preguntó— las Malvinas— dio con la respuesta mientras que sentía más y más pesadez en todo su cuerpo— Chile era aliado de Inglaterra, ayudo a Nazi para que mantuviera ocupados a los europeos y a Estados Unidos, mato a Chile para que no interfiera y dejó el camino libre para tomar las islas, sin Inglaterra, sin Francia,  sin Estados Unidos, Rusia no se metería y sabía que  sus amigos le temerán.

ONU desvió su vista a los televisores que ahora lo rodeaban, todos encendidos en las noticias, viendo las imágenes captadas; explosiones, edificios enteros destruidos, muerte, sangre, y bajo ese tenebroso escenario, lleno de violencia y muerte, estaba el titular de la noticia.

"Inglaterra es tomada por los alemanes"

—¿Argentina qué hiciste?.

Narra Argentina:

—Las tropas están listas, y esperan sus órdenes señor— me dijo un soldado mientras que yo veía como mis antecesores se divertían jugando un inofensivo juego de cartas, relajados, como si el hecho de ir a una guerra no causará grandes estragos en ellos, y sabía por qué, después de todo, ellos tenían más experiencia en la guerra, sobre todo ella, Confederación Argentina.

—Puedes retirarte.— le pedí con tranquilidad. Este se despidió con rapidez y salió de mi despacho, mientras que yo veía a la computadora, donde se veía el vídeo de la cámara de seguridad, que enfocaba a la celda donde había metido a Inglaterra, Dios me libre de su furia cuando lo saque de ahí— Yo estaré a cargo de los aviones, ya que ninguno de ustedes antes ha piloteado, Confederación, te encargarás de las tropas por tierra, federal, vos te vas a encargar de los navíos, yo les voy a abrir un frente, federal vos vas a avanzar y hacer seguro el camino para Confe, vas a guiar los barcos que transporten a los hombres y vas a cuidar la costa, preparado para defender en caso de que sea necesario, tengo que adelantarlo todo así que espero y no se equivoquen.

—Ya sabemos lo que tenemos que hacer pibe, el único que está nervioso con esto sos vos— dijo de manera natural y relajada el federal tirando una carta a la mesa.

—La puta que me pario— puteo mi hermano mayor, que era básicamente un clon mío pero sin sol, al ver la carta que el federal lanzó.

—Che, la boca la concha de sus madres— lo reto Confederación, ya que básicamente la había puteado a ella— viejo trolo, vos te vas a quedar acá, cuidando las fronteras por si a uno de esos se le ocurre romper el tratado de alianza que hizo, cuídate de Paraguay, todavía le duele el orto por quitarle Formosa— me reí por las palabras de mi madre, mientras que terminaba de señir la corbata— y si es posible, recupera Uruguay— todos soltaron una carcajada, conmigo incluido— esa provincia rebelde como me hacía doler la cabeza.