Querido Papá:
Quiero que sepas que mi vida lejos de casa está mejor que nunca. Conseguí un lugar donde poner mi taller. ¡Mi propio taller! Mi amigo me estuvo acompañando, no sé por qué no queres que me junte con él. Es una buena persona y por sobre todo me anima a perseguir mis sueños y a vivir la vida de una manera más divertida, sin tantos protocolos y reglas. Y no tiene nada de malo querer divertirse un rato, soy joven, no puedo vivir la vida encerrado trabajando.
El dolor que sentía ya no está más. ¿Ves? Si hubiese seguido en casa, escuchando tus consejos, obedeciendo todo lo que me pedías jamás hubiese conocido la vida o haberme curado del dolor. Vos decís que mi amigo miente.... Pero vos mentís. Vos me estuviste mintiendo todo este tiempo, solo para tenerme encerrado en casa, solo para que trabajara para vos.
Si Papá, vos me mentiste. Dijiste que todo iba a estar bien, que todo iba a obrar para mi bien y no fue así. Te recuerdo que te pedí día y noche, incansablemente, que sanaras a mi mamá. ¡Vos podías haberla sanado! ¡Vos podías haber intercedido por su vida! Y NO LO HICISTE. Escogiste no hacerlo, escogiste que ella muriera, que ella me dejara solo en este mundo. ¿Acaso no sos todopoderoso? Cuentan historias de que hiciste miles de milagros, sanaste a los enfermos, resucitaste a los muertos, pero cuando se trata de mí, me olvidas, me abandonaste, me dejaste sin mi mamá.
Jamás voy a perdonártelo. ¡Vos podías salvarla! ¡Vos si podías! Y no, te quedaste de brazos cruzados, dejaste que ella sufriera y se fuera. Vos si mentís, no mi amigo. ¡el tiene razón! Haces todo lo que a vos te parece mejor y no te importa el sufrimiento que pasamos. Vos estás bien pero no sabes lo que es este dolor, no sabes lo que es el dolor, no sabes lo que siento en mi roto corazón. No me escuchaste, no te pedí nada malo Papá... quería poder ver a mi mamá sanarse.
¿No decís que sos bueno? ¿No decís que queres el bien para mí? ¡Me mentiste! ¡A dónde encontrás el bien en la muerte de mi mamá! Y encima ahora me decís que me aleje de mi amigo. El sí me escucha, no como vos. El si quiere que me divierta, no como vos. El si quiere que me sane de este dolor insoportable, vos no. Vos no sé qué queres para mi vida si tampoco me decís. "Planes grandes y de esperanza" sigo esperando y todavía no veo nada de eso.
Papá decís que mi amigo es el mentiroso, pero creo que el que miente acá sos vos. Querés una vida de dolor para mí, queres que siempre te obedezca ¡me siento un títere! Siempre sumiso y haciendo todo lo que vos me pedís... ¿Para qué te obedezco? ¿Para qué persisto? ¿Para qué trato de mejorar si al final no recibo nada? Y para colmo, trato de hacer las cosas de la mejor manera, pero no, tampoco recibo nada, parece que a mí no me escuchas.
Al final, todo lejos de casa, es mejor de lo que pensaba. Debo irme, mi amigo me va a llevar a la fiesta y luego volveré a descansar ya que mañana me espera un día largo. Pero por fin, podré divertirme. Hoy comienza mi vida de verdad. Hoy empiezo a vivir, libre de dolor, libre de depresión.
Tu Hijo,
El Pródigo.
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Cartas de un pródigo
Short StoryEl hijo pródigo decidió irse de casa. Los problemas, la duda y el dolor hicieron de que tomara esta triste decisión. Pero su Padre, jamás lo dejaría. Las cartas fueron su medio de comunicación. Esta historia puede ser la tuya. Tal vez, estás pensand...