Capitulo 34: Una ultima probada (+18)

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Lincoln agarró el arma del suelo y la desarmó, llevó hasta al auto a la desmayada Lola y la depósito en el asiento trasero, Lana por su parte se sentó en el asiento del copiloto aún temblando.

— Ya regreso Lana — le dijo Lincoln con una sonrisa que calmo un poco a la niña.

Mientras las dos estaban en el auto a salvo podía limpiar el desastre, levanto a todos los sujetos y los junto en un montón. El tipo con el cuchillo en su pierna perdió el conocimiento por el shock, los dos que cayeron de cara al suelo se quebraron la mandíbula y nariz al igual que el dueño del arma, pero este consiguió una herida en la parte de atrás de su cráneo.

— Bueno chicos — dijo Lincoln mientras despertaba la mayoría con una botella de agua y usaba su celular — me siento generoso y los dejaré con vida, claro si sobrevivien hasta que llegue la ambulancia — el ambiente se torno oscuro y de terror — pero la próxima vez que se crucen en mi camino o el de algún conocido mío, y miren que yo conozco a mucha gente, haré que vean como los desmiembro parte por parte — tomó del cabello al dueño del arma — ¿quedo claro? —

El sujeto que vio directo a los ojos de Lincoln sintió tal terror que ensucio sus pantalones, el resto que estaba consciente asintieron reafirmando en su cabeza que estaban ante un monstruo.

Desde detrás de los arbustos más frondosos en las cercanías del edificio de Leni Lemy miraba la hazaña — astuto, rápido y un monstruo a la hora de cualquier tipo de confrontación. Esta confirmado, te encontré padre —

La mañana del lunes se asomaba en el horizonte, Lincoln se levantó para expulsar las nano máquinas. Podía sentir como una buena noche de descanso le dio el tiempo a las pequeñas a reparar sus heridas. Si estás maquinas no producen un dolor horrible, que logro soportar con los poderosos analgésicos, y su taza de éxito en una persona promedio fuera tan baja estas pequeñas salvarían millones de vidas.

Después de una buena ducha Lincoln se miro al espejo — aún como el monstruo que soy debo evolucionar, quien diría que mi mundo necesitaría tantos ajustes. Será una buena forma de matar el tiempo en búsqueda de mi felicidad — dijo él con una sonrisa, trago unas pastillas nuevas que Lisa le dio — veamos si esta nueva carga la tolera este joven cuerpo —

En el hospital Rusty se dedica a completar la tarea que le dejo su amigo, lo que parecía una inocente visita tenia objetivos muy viles. Para su venganza contra Lincoln el colorado necesitaba más gente y un as bajo su manga, primero se encargó de reclutar a los chicos que fueron apaleados por Lincoln en su primer día en el colegio, no fue difícil todos le guardaban un gran rencor. Pero eso no sería suficiente, con la chequera de su "auspiciantes" fue reclutando a cualquier tipo con pinta de drogadicto haciéndose así de un pequeño ejército junto a un bono extra que no esperaba.

Antes de irse fue a preparar su as bajo la manga, cualquiera con algo de cordura sabría que era una sentencia de muerte pero Rusty al estar segado por el odio no lo pensó ni un segundo.

Todos en la casa bajaron a desayunar pero esta vez no se encontraron con el albino preparándolo, en cambio la mesa ya estaba lista para todos pero Lincoln ya se había retirado.

Por su parte Lincoln ya había pasado por casa de Clyde y se encaminaron al gimnasio — no puedo creer que yo esté yendo por voluntad propia a hacer ejercicio — dijo Clyde.

— Tampoco has sido ajeno a este toda tu vida — dijo Lincoln — eso si mi entrenamiento va a ser algo espartano ¿crees tolerarlo? —

— Vamos, no seré el mejor atleta del mundo pero creo poder seguir un simple calentamiento — dijo Clyde confiado.

Regresando a casa [The Loud House]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora