Capítulo 29: Adicta ¿a las vitaminas?

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Dos mujeres adultas se vestían en silencio, no hace ni algunas horas estuvieron disfrutando una noche llena de lujuria y desenfreno, el hecho que un joven las hubiera complacido al grado de perderse las llenaba de una satisfacción anormal.

Para las dos esta noche significó algo muy diferente, para Di Martino fue el complacer una vieja obsesión y con esto tachado de la lista podía continuar con su vida. La morena le extrañaba la falta de culpa en su corazón, pero esto en vez de incitarla a continuar le dio una sensación de corte.

Todo lo contrarío era para Agnes que solo deseaba disfrutar esto en múltiples ocasiones más, sin darse cuenta su deseo más oscuro se volvió el timón de su vida.

Antes de salir de la habitación ambas se despidieron de Lincoln a su forma, Di Martino lo abrazó dándole las gracios y con un adiós lleno de paz a lo que el albino respondió de la misma forma, Agnes por su parte le entrego una nota y se despidió con un beso en la mejilla del chico.

Lincoln se lo veía melancólico con una paz lejos de ser satisfactorio, en su teléfono reviso las fotos que tomó de esa noche — este morbo no es nada bueno — sin querer apretó su celular rompiendo la pantalla por la presión pero aún era funcional — maldición, aún con toda la energía que gaste no logró controlarme del todo, tendré que comprar otro — lo guardo — lastima otro regalo de mis hermanas que rompo, a pesar de ser algo preciado como diría Lori literalmente no siento pena por eso —

Jeff se levantaba de su cama con cuidado por sus heridas pero para su sorpresa estaba bien — que diablos — fue al baño de la habitación y notó que estaba como nuevo, sus brazos aunque adoloridos no presentaban quebradiras — lo que sea que me dio Lincoln esta fuera de toda lógica — mientras se vestía recordaba lo de la noche anterior y se le formaba una sonrisa con la imagen del potente golpe que casi le arranca la cabeza a David.

Cuando Jefferson cayó en cuenta que si el fue golpeado Lucy tampoco paso una buena noche, al encontrarse con ella esta tenía unos raspones pero su expresión le decía que todo estaba resuelto. Ella le contó que su hermano hablo con Camila y esta cambió abruptamente, las chicas que la seguían tampoco se quedaron atrás y se disculparon junto a la colorada por todo.

El caos abundaba en los maestros por la desaparición de un grupo de alumnos, Lincoln junta a Haiku ayudaron con la búsqueda. El auto de Lincoln llego a una carretera cercana al hotel y la gótica logro ver algo a un costado al bajar se encontraron con los chicos muy golpeados.

Al ya estar en el hotel uno de los chicos despertó tras recibir los primeros auxilios, con tartamudeo contó como sus compañeros se escaparon del hotel para explorar y fueron atacados por un grupo de ladrones. Todo esto una mentira que invento ya que entre los maestros el chico veía a Lincoln que con un par de gesto le hizo entender el costo de decir la verdad, el resto también despertó, menos David, confirmaron la historia de su compañero y antes del almuerzo todos fueron llevado al hospital.

Mientras todos comían Camila se iba a las escaleras de emergencia con una actitud semejante a la paranoia, al pasar la puerta pudo ver a Lincoln que jugaba con una pastillas en su mano — ¡ALLÍ LAS TIENES DAME LAS! — esta intento quitársela pero de un movimiento Lincoln la tomó del cuello.

Con un dedo le hizo un gesto negativo — tranquila pequeña, si de verdad quieres tu dosis ya sabes que hacer —

De inmediato ella se arrodilló en el suelo y con las manos formando el gesto de pedir de los perros dijo — por favor dame las pastillas, ya no volveré a molestar a tu hermana y haré siempre lo que me pidas así que dame por favor — Camila sudaba y su respiración era frenética.

Para entender que sucede hay que volver unas cuantas horas atras, Lincoln dejo entrar a la niña que por su cabeza pensó que el albino la llamo para una noche para mayores.

Regresando a casa [The Loud House]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora