Después de tanto tiempo, Catalina vuelve a encontrarse con su primer amor, mismo que resultaba imposible debido a la gran diferencia de edad.
Por azares del destino,un día conoce a Noah y sus sentimientos se desorganizan por completo, ya que él la t...
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Capítulo 44| Cambiaría tus cientos de lágrimas por una sonrisa.
Luke Lowell.
Grité con la poca fuerza que tenía para despertar a mis padres o a mi hermano, no tardaron en irrumpir en mi habitación. Pero en ese momento no había nada que pudiera hacer para disminuir los terribles dolores que estaba experimentando mi cuerpo. Sabía que los dolores abdominales, los vómitos y mi pérdida de peso eran causas por el tumor en el hígado, pero los terribles dolores de cabeza no se podían calmar con nada y sentía que cientos de fuegos artificiales explotaban dentro de mi cerebro. Y eso me hacía pensar que ya me estaba yendo de una vez por todas de este mundo y poder dejar que mi cuerpo descanse de tanto sufrimiento.
<<Nos estamos muriendo...>>
Me dije una y otra vez.
Mi cuerpo poco a poco se estaba apagando y una parte de mí lo deseaba así, deseaba poder irme y descansar. Pero la otra temía ver como las personas que tanto amo sufrían ante mi empeoramiento.
<<Nuestro destino ya estaba escrito...>>
Cuando los dolores empeoraban demasiado intentaba pensar que todo esto iba a ser algo temporal y que iba a estar bien al día siguiente, que esto pasaría. Pero en esta ocasión no iba ser así.
Los mellizos quedaron al cuidado de la vecina de al lado quien es una buena amiga de mamá. Papá manejó, mientras que mi hermano hablaba por teléfono al hospital, mientras que yo yacía en la parte de atrás del auto con la cabeza en el regazo de mi madre.
No había nada que yo pudiera hacer, únicamente me quejaba, gritaba y lloraba del dolor. Y los gritos lo empeoraban todo.
— Tranquilo mi amor, ya vamos llegando.— Susurró mi madre contra mi frente, sintiendo como sus lágrimas caían sobre mis mejillas.
Lo siento tanto, mamá, lo siento por hacerte pasar por esto.
En medio de mi sufrimiento podía escuchar el llanto de mi madre y los gritos de desesperación de mi hermano mayor presionando a nuestro padre a que conduzca mucho más rápido.
La gente a mí alrededor, amigos, familiares hablaba de lo fuerte que yo era y de la tremenda valentía que aun poseía, pero lo cierto es que yo negaba aquello, negaba esa valentía. No puedo mover mis manos, no puedo mantenerme de pie sin caerme, no puedo ver bien como antes, no puedo hablar y hace unos meses me diagnosticaron el tumor ¿pero, por qué sigo aquí?
<<Porque así tú lo quieres, Luke...>>
No, esta vez te equivocas.
Porque en este momento lo único que deseo es morir.
Catalina Russell.
Lisa estaba doblando la ropa de su bebé mientras veía un programa de talentos en la televisión, mientras que yo estaba enamoradísima de su pequeña quien dormía plácidamente en mis brazos.
