Después de tanto tiempo, Catalina vuelve a encontrarse con su primer amor, mismo que resultaba imposible debido a la gran diferencia de edad.
Por azares del destino,un día conoce a Noah y sus sentimientos se desorganizan por completo, ya que él la t...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo 11| No quiero que sufras.
Catalina Russell.
No sé en qué demonios estaba pensando para dejarme besar como Kevin, ¿lo peor? es que el domingo por la noche ya fui besada por Noah ¿Y cómo me siento? Me siento de lo peor.
Joshua me tira literalmente a mi habitación cerrando la puerta de un portazo a lo que ambos nos encogimos de hombros con la esperanza de que mi padre no haya despertado.
Joshua me mira. Es una mirada seria y llena de reproche.
- Joshua...
- ¿Qué mierda fue eso?- Exclamó, casi en un susurro.
<< No fue nada...>>
- ¿Un beso?- Joshua se echa a reír, mirándome con seriedad.- No sé qué me paso en ese momento.- Suspiró, me siento en el borde de la cama y él también.- No puedes comentarle a nadie lo que viste.
- ¿En serio crees que lo haría?- Niego con la cabeza sin dudarlo.
Creo que en cualquier momento mi cabeza va a explotar, había esperado tanto por ese beso pero no sentí nada, bueno, un sentimiento extraño despertó dentro de mi cuando sus labios chocaron con los míos pero fue tan diferente como me lo había imaginado todos estos años.
Joshua me cogió del rostro con ambas manos obligándome a mirarlo a los ojos.
- No quiero que sufras.- Admitió, descanse mis manos sobre las suyas que aún permanecían sobre mis mejillas.- Sé que el hombre que esta allá abajo fue tu primer amor, muchas veces me dijiste lo mucho que lo querías y lo mal que lo pasaste cuando decidió irse. Pero siento que no vale la pena arriesgarse, Catalina, él volverá a irse ¿y que harás tú esta vez?
¿Qué hare yo?
No haré nada para detenerlo.
- Tienes razón, no vale la pena arriesgar la confianza que mi padre y él han formado por años y, mucho menos arruinar la amistad que tiene con mi hermano por esto.- Dije, llevando una de mis manos a mi corazón.
- Intenta mantener la distancia con él, ¿vale?
- Vale.
Él me da un beso en la frente y cada uno nos acostamos en nuestra cama para poder dormir y descansar.
Pero yo, por segunda noche no pude pegar ni un solo ojo, demonios.
