Doce

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Realidad

Aileen

- ¿Alguien pidió un pleasant Coffee Caramel drizzel?

Escucho la pregunta lejana, dentro de mis sueños, me muevo un poco cuando la claridad golpea mis párpados. Abro los ojos para encontrarme con la figura de un chico frente a mí.

Es de cabello rubio, ojos claros y de tez blanca.

Sostiene un porta vasos y una sonrisa brillante. Por un momento se me hace familiar.

Miro a los lados y recuerdo que estoy en la habitación de Adrien.

- ¿Quién eres tú?

- Pues...

El dueño de la habitación, entra con una bandeja, y ve al rubio con mala cara.

- Te dije que entraras en silencio, no que la despertaras.

- Lo siento - dice el chico - quería darle personalmente su café.

Miro a Adrien confundida, deja la bandeja en la mesita de noche a mi lado, me fijo en el desayuno y me emociono internamente pues recuerdo que no he comido nada desde el almuerzo de ayer.

- Puedes irte ya... - le pide Adrien.

- Un gracias no está de más.

Le el porta vasos a Adrien y luego se dirige a mi.

- Un placer conocerte, Aileen.

Le sonrío de boca cerrada sin dejar de notarme amable. La situación es extraña.
El chico sale  y Adrien se sienta en la cama, a la altura de mis rodillas.

- ¿Como te sientes?

- Físicamente mucho mejor - le digo - Emocionalmente...un poco perdida.

-Entiendo - Trata de olvidarlo.

- Es mi novio, Adrien, me duelen esas cosas, no puedo superarlo solo porque si.

- Entiendo, pero, no vale la pena.

- Lo siento, pero tú no podrías comprenderlo...

Su pasa de mí al suelo y asiente mientras se pone de pie. Toma la bandeja del desayuno y la pone sobre mis piernas.

- Gracias, se muy bien - comento con sinceridad - Muero de hambre.

Toma el porta vasos y me entrega mi café especial.

- Oye, gracias - lo agarro y de inmediato le doy un sorbo necesitado.

- Así tendrás más tiempo de alistarte y llegar temprano al instituto.

- ¿Tú fuiste por él ? Debiste haberte levantando muy temprano - veo la hora en mi celular.

Son las siete de la mañana.

- No, Evan pasó por él, le pedí el favor - explica -  es un amigo, y está de visita en el pueblo.

- Entiendo - tomo su mano - Gracias por todo esto.

Se levanta  y se dirige a la ventana para abrirla.

- Ahora come e iré a dejarte a tu casa para que te alistes.

- Recuerda que ayer le dije a mamá que me alistaría donde Layla.

- Bien, pues te iré a dejar allá, aunque Layla ya estaba en el café... según Evan.

- Oh, bien - continúo comiendo - Pues podemos pasar por las llaves al café, si no es mucha molestia.

Asiente y sale de la habitación.

El pasado que persigue. ( Amores Insuperables #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora