Diecinueve

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Sueño

Aileen

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero cuando alguien levantó las sábanas me desperté.

- Papá

- Me hablaron del instituto.

Habla tan serio que me duele el alma, pues sé que esa cara es de decepción.

- Papá lo siento tanto.

Le digo comenzando a llorar de nuevo.
El nudo en mi garganta me hace sonar dañada.

- Aileen, estuvo mal, no sé, no sé qué te pasó , tu no, no eres así.

Miro como traga saliva y su expresión seria cambia a una de angustia.

- He luchado para que nadie te haga daño, y te hemos dicho desde siempre que no debes permitir que nadie te lo haga, te hemos enseñado a cuidarte... tuviste que aprender de tus otras amistades, no entiendo que te pasa.

Escucharlo hablar así, con ese tono de tristeza me hace sentir peor.
Sentía vergüenza de que mis padres supieran esto. Y sobretodo que fuera de estar molestos, estuvieran decepcionados.

- Mañana iremos al instituto, si no quieres ir, entendemos, pero en cuanto superes todo esto tendrás que hacerlo.

- Gracias Papá, pero de verdad lo lamento, me siento fatal, ustedes no merecen una hija como yo, merecen algo mejor- Me acomodo en la cama- Lo siento tanto.

- Todos comentemos errores.

- Ojalá mamá pensara eso - le digo envolviéndome en las sábanas de nuevo.

- Yo me encargaré de ella - se pone de pie y camina hacia la puerta - y por supuesto que me encargaré de ese muchacho Nathan.

- ¿Estas muy decepcionado? - le pregunto aún bajo las sabanas.

Se lo pensó por un momento viendo al suelo , después asintió, y salió de la habitación.

Cuando papá sale de la habitación tengo más ánimos de escribirle a Layla, pero cuando estoy por hacerlo ella llama y procedo a contarle todo.
Insiste en venir a casa pero, no me siento bien para ver a nadie, aunque me hizo bien haber hablado con ella, la escuché decir las peores groserías del mundo, y yo sé que aparte de su molestia lo hacia exageradamente porque  sabía que me parecía gracioso.

No me levanto a almorzar, ni a cenar, y tampoco a ponerme pijama, me estoy ahí, todo el día y toda la noche.

Sé que mamá había llegado porque la escucho discutir con papá sobre que tenían que castigarme de por vida y hasta la escuché afectada en sentido de estar decepcionada de mi.

Tal vez para otra persona sea algo tan insignificante, pero, es mi privacidad, mi cuerpo. La gente no pensará bien de mi, jamás las cosas volverían a ser iguales.
Tengo miedo de volver, sé que todo el colegio se había enterado.

Logro dormirme, mi ojos arden de tanto llorar y mi almohada está empapada.

Estoy entrando en el más profundo sueño, cuando de repente siento una caricia en la mejilla, es un toque sutil, pero mi sueño es tan inestable que logré sentirlo.

Cuando abro los ojos, miro entre la oscuridad.

La luz de la luna que penetra la ventana, marca su perfectas facciones de ese lado, y el otro lado está completamente obscuro pero logro conocerlo hasta ciega.

- Adrien.

- Aileen.

Su voz me causa alivio.

El pasado que persigue. ( Amores Insuperables #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora