Trece

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Ser mejor

Aileen

Bajamos juntos del auto, pero caminamos a una distancia prudente. Escuchaba como arrastraba sus pies, como si le pesaran mucho.

Es algo característico de él.

Cuando avanzamos por el estacionamiento, logro ver mejor al grupo de amigos de Nathan, están todos conversando junto al auto de Daniel.

Nos acercamos un poco más y  cortaron su conversación para observarnos, la cara de todos es de confusión, de seguro esperaban verme con Nathan.

Pasamos bastante cerca como para escuchar algunos murmúros, pero nada claro.

Les sonrío de boca cerrada a lo que Daniel levanta la cabeza como contestación y Lois me regala una sonrisa.

Al llegar al pasillo Adrien se despide despeinando mi cabello, acción que me recuerda al la chica del mostrador que hizo lo mismo con él, así que no se me hace bonito.

Lo sé, es un comentario tóxico. 

El día transcurrió normal, por fin trabajamos juntos en el proyecto y avanzamos conociendo un poco de cultura general sobre ambos.

No puedo negar lo emocionada que me tiene el hecho de conocerlo, y aunque la conciencia me golpea por ser una infiel de ojos y de mente, Adrien tiene algo más que su físico, que me mantenía unida a él.

- ¿Como sabías que no me gusta el jugo de naranaja?

- Mmm un pajarito me lo contó - dice mientras mueve su lápiz entre sus dedos.

- ¿Ese pajarito se llama Layla?

Se ríe.

- ¿Hablas con ella ?

- Mmm se podría decir - se encoge de hombros.

No me puse celosa de mi mejor amiga. Simplemente, se me hizo nada común.

- Nuestros trabajos están a la par - explica como si se viera necesitado a hacerlo.

- ¿Y por qué decidiste trabajar en la pizzería? - cambio de tema.

- Pues necesito hacer algo los fines de semana, distraerme - dice escribiendo en su cuaderno.

- Pero a veces trabajas los días de semana, días de clase.

- Ningún día tiene diferencia para mí.

- ¿Y conoces mucha gente de aquí? - cambio de tema.

Deseaba que me dijera cuál era su relación con la chica del mostrador.

- Tengo un par de amigos en el sur pues ahí estudiaba, aquí no.

- ¿Y amigas? - suelto la pregunta sin disimular mi curiosidad.

- Un par por ahí - responde sin mucha importancia.

- Ya, entiendo.

Tomo mi libreta y escribo " un chico sociable"

- ¿Piensas que soy " un chico sociable "?

- Si, además, de seguro en el otro lado del pueblo te recuerdan por grandes hazañas.

De pronto se torna serio, deja de pasar el lápiz por sus dedos y lo pone sobre la mesa, se acerca un poco a mi golpeándome con su fragancia.

- No hablemos más de esto - dice tajante.

- Está bien.

Comprendí que tal vez era un tema delicado para él.

- ¿Y qué hay de ti? - pregunta después de un tiempo.

El pasado que persigue. ( Amores Insuperables #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora