Catorce

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Un roce, más que un beso

Aileen.

- ¿Estás segura que ese es el paso siguiente?

Jane me mira con la ceja levantada y yo le sonrío nerviosa.

Veo los ingredientes en mi mesa y trato de recordar lo que Layla me ha enseñado pero no consigo nada. Comenzaba a frustrarme de lo inservible que era hasta para algo tan simple.

- Aileen, si quieres puedes venir la otra semana - me pone la mano en el hombro - Puedes ver las pruebas y aprender de ello para después de navidad aplicar nuevamente.

Me quedo absorta y decepcionada de que la única cosa que en realidad quería me haya salido mal. Recuerdo el fracaso de mis cupcakes y paso el nudo de cólera hacia mi misma.

- Si necesitas ayuda puedes venir al final de la jornada. Tendremos a una invitada especial - sonríe alentándome - Ella es la que evaluará los platillos.

Asiento y me dejo abrazar por ella.

Jane es una buena chica, es la presidenta del club de cocina y me ha ayudado a sentirme confiada. Me regaló un recetario y estuve practicando un par de veces para venir a hacer la prueba de hoy.

Guardo mis cosas y ordeno la mesada donde preparé masa para ravioli. Salgo con el mandil en la mano y los guardo al llegar a mi casillero. Me veo en el espejo que tengo pegado y paso la mano por la foto de Nathan y yo en nuestra primera cita.

Cada que algo me decepcionaba iba corriendo a contarle, al no tenerlo cerca me sentía sola.

- Aly.

Me doy la vuelta para encontrarme con Trina. Se pintó el cabello en un negro potente, muy parecido al mío. Resaltaba su piel trigueña y sus ojos claros.

- Estás estupenda - la halago y da una vuelta.

- Lo sé.

Se pone frente a mi colocándose labial en el espejo de mi casillero.

- Pero tú no te miras muy bien - me mira por el reflejo - ¿Sucede algo?

Agacho la cabeza conteniendo la decepción y las ganas de llorar pero de pura indignación. No quería que me viera débil así que le sonrío y niego con la cabeza.

- No pasa nada, solo es que ya sabes, lo de Nathan aún está fresco.

- Ay si - hace un puchero - Había olvidado preguntarte sobre eso.

Se da la vuelta y saca un gloss de su bolsillo. Me limpia la cara y se dispone a maquillarme los labios con el tono suave y brilloso.

- Eres hermosa Aileen, deja que Nathaniel vea lo que se pierde y camina con la frente en alto - me peina el cabello - No mereces estar con alguien que te haya dicho esas cosas tan horribles.

- Lo sé - trago fuerte - Pero, siento que en parte tiene razón, no debí haberme ido con Adrien.

- Ay pero - se ríe nerviosa - Ese chico Adrien está para comérselo, y si Nathaniel te hizo ese desplante eso es como, Wey, entonces me voy con el otro.

Trina siempre tenía expresiones exageradas y era la típica chica "fresa" y cool que fuera de caerte mal, te agradaba y te hacía reír todo el tiempo.

Caminamos hacia literatura y nos sentamos juntas.

- De verdad te lo digo, deja a Nathaniel y ya no lo busques más, ni permitas que te busque a ti.

- Justo ayer hablamos - susurro - Y me dijo que lo sentía, yo igual me disculpé y siento que puede ser un gran paso para la reconciliación.

Rueda los ojos y niega con desaprobación.

El pasado que persigue. ( Amores Insuperables #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora