Cap29

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Aizawa

Mientras camino por el patio de la academia veo a Mei sola en el suelo, no se que coño está haciendo, parece que esta jugando o algo asi.

No debería ir, suficiente complicada se me ha hecho la situación a mi especialmente después de lo de esta mañana.

-A la mierda-camino hacia ella de todas maneras, parece molesta, o pensativa, no estoy seguro-hey

Se sorprende y se gira mirarme antes de saludarme de vuelta.

-Hola, ¿Qué haces aquí?

-No se, la verdad, solo te vi y me acerque.

-Buena excusa

-Oye...-digo después de pensar un poco

-Si vas a intentar hablar de lo de esta mañana o a disculparte por lo del otro dia mejor no lo hagas

-Bueno no venía a hacerlo porque no creo que quieras escuchar esas cosas, pero si es verdad que quizas debería haberme informado más al no haber visto el nombre de tu madre por ningún lado, y eso seguramente no le dio buena impresión a tu padre, pero ya no puedo hacer nada sobre el tema.

-Gracias por no venir a decirme que te doy pena, y a mi padre le caíste bien, no te preocupes por eso.

-Nah, eso es mierda, no hay nada peor que la pena.

Ella sonríe y se queda callada. Supongo que será un tema delicado asi que cambio de tema, tampoco creo que le guste pero es lo primero que se me ha venido a la cabeza.

-Te puedo preguntar por las ore...

-No, no puedes- me corta de inmediato. Agacha la cabeza aun jugando con el pequeño palo que había en el suelo. Cuando se mete un mechón de pelo detrás de la oreja consigo ver que tiene las mejillas sonrojadas. Realmente no le gusta hablar de lo del gato, por llamarlo de alguna forma- gracias por mentirle a mi padre. Esta bastante contento ahora que le has dicho que he utilizado la habilidad de mama.

-Pero no es verdad, se lo dije porque parecía hacerle ilusión- añado. Ella asiente sin mirarme aun.

-No se si te fijaste en la foto del salón, pero mi madre siempre tenía flores en el pelo.

-No, no pude ver ese detalle desde donde estaba- digo mientras me siento al lado de donde esta ella de cuclillas. Y seguramente a estas alturas no lo recordaría si las hubiera visto.

-Flores de cerezo si estaba alegre. Eran sus favoritas, le crecían entre el cabello y quedaba precioso, parecía una corona. Cuando se enfadaba le salían hojas de limonero. Para mi era muy gracioso y además olían de maravilla. Y cuando estaba triste... eran campanillas. Podía ocultarlo pero no le importaba tener la cabeza llena de flores, decía que prefería dejar los sentimientos fluir.

-Supongo que a algunas personas eso les funciona- comento mirando hacia el frente.

-Eso le decía yo... a mí siempre me dio vergüenza.

-¿Qué le crecieran flores a ella?- pregunto curioso.

-No, que me crecieran a mí- un leve olor a flores llega a mi nariz y me giro rápidamente hacia ella para ver como una corona de flores negras con blanco crece de entre sus cabellos- nemophila menziesii... 'penny black', son bonitas, ¿verdad? Es la primera vez que dejo que crezcan desde que murió mi madre...

-Lo son, muy hermosas - respondo con sinceridad observándolas atentamente y sin poder evitar sentirme algo orgulloso y muy feliz de ser el primero en verlas.

-Cuando estoy alegre, igual que mi madre, son flores de cerezo. Cuando me enfado membrillo japonés que suelen llamar, son florecitas...

-Rojas- respondo- mi abuela lo tenía en el jardín.

Si, profesor [Aizawa Shota]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora