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IX: Esperar no significa abandonar

La semana transcurrió sin más. Jonah continuaba yendo a dar clases de pintura al grupo de apoyo y se sintió muy bien acogido por la clase. Era bastante bueno recordando nombres por lo que prácticamente se acordaba de casi todos los chicos y chicas, aunque todavía faltaba la persona de los riñones y una chica que estuvo el primer día pero que después se le complicó un poco su enfermedad, necesitaba permanecer ingresada unos cuantos días.

Sus propias clases también empezaron y se sentía como hipnotizado cada vez que aprendía nuevas técnicas que no conocía o parecía que el cuadro le absorbía cuando le tocaba hacer un dibujo.

En el tema personal, continuaba con el trabajo de la cafetería, incluso con alguna hora más ya que Olivia había empezado a salir con un chico o estaban ahí más o menos. Era complicado que aquella chica estuviese en una relación seria, porque a la mínima que veía a un chico que le parecía atractivo ya estaba preparada para atacar. Pero bueno, si Jonah se llevaba un dinerillo extra pues allá que iba.

Eva dio señales de vida el jueves siguiente por la tarde, a través de una nota que le entregó a Nico en la universidad. Aunque no hubiese sido directamente, eso ya era algo y Jonah recibió contento la hoja arrancada de un cuaderno. El rostro le cambió en cuanto la leyó:

"No me llames ni me busques, sin quererlo he empezado algo que no voy a poder terminar contigo, no crucemos más la línea. Adiós y lo siento, Evangeline."

Lo cierto es que no sabía qué pensar, porque daba a entender que ella también sentía algo por él, sino no habría dicho que "he empezado algo que no voy a poder terminar" ni que "no crucemos más la línea". Sabía que se refería a su novio, incluso podría estar relacionado con sus padres. ¿Se habrían dado cuenta de esa amistad especial que había empezado a surgir entre ambos? Eso no podría ser a no ser que ella se lo hubiese contado, lo cual dudaba.

Un pensamiento más rebuscado le decía que probablemente habría sido Fleco, para advertirles del chico sin futuro que iba detrás de su queridísima y heredera hija. No sabía nada ni podía entenderlo. Eso era lo que más le enfadaba y le confundía.

Jonah no era una persona que se rendía fácilmente, pero aquella situación le obligaba a olvidarse y resentirse. No quería ser pesado y conducir la situación a un punto que podría afectarle a ella, pero se sentía inútil al no poder, al menos, verla una última vez y preguntarle si se encontraba bien, ya que esa nota tenía una clara y dolorosa despedida. Sobre todo, se dio cuenta de ello por lo pequeños puntos arrugados de la hoja. Lágrimas.

Le preguntó a Nico el estado en el que se encontraba Eva cuando le entregó la hoja y éste únicamente le respondió que estaba muy seria. Se paró frente a él a la salida de una clase, le entregó el papel y le dijo que se lo diese a su amigo. Acto seguido se marchó sin añadir nada más.

La decisión final que tomó fue la de alejarse. Olvidarse no, porque la esperanza es lo último que se pierde y confiaba en que algún día ella volviese, le hablase y que pudiesen ser, por lo menos, amigos.

No sé si alguna vez te habrá pasado, Alaia, que has sentido tal conexión con una persona desde el primer momento en el que os mirasteis y, aunque no habléis demasiado o estéis mucho tiempo juntos, ese sentimiento se hace fuerte por sí solo y tú lo único que quieres es crear experiencias y recuerdos con esa persona. Que vuestros silencios cubran todas las palabras innecesarias y que vuestras conversaciones aceleren el latido de vuestro corazón. Que un abrazo se convierta en un universo y que las ganas de veros atraviesen en segundos miles de kilómetros.

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