XI: La Fiesta
—Nunca has ido a una fiesta de pijos, eso seguro. — decía Olivia mientras estaba medio tumbada en un sofá de la tienda más formal a la que había ido en su vida. No le gustaban ese tipo de lugares, la gente solía fardar mucho de ropas caras y dinero y aunque ese sitio era de segunda mano, no faltaban quienes se burlaban de los que tenían una situación económica inferior.
Jonah estaba saliendo y entrando constantemente de un probador, con ropa que había ido eligiendo antes de que su amiga llegase. Aún faltaba por llegar Nico y Álex tenía asuntos en la universidad, con lo que no pudo asistir. Parecía que le estaban buscando un atuendo para una boda al darle tanta importancia, pero en una llamada telefónica Eva le contó, a petición de él, cómo vestía la gente del entorno de Fleco.
—Suelen llevar camisa, a veces una americana para llevar un estilo más formal... vaqueros... algunas veces zapatos de vestir o unas deportivas caras... pero no hace falta que te compres todas esas cosas, Jonah, sé cómo tu eres y estoy segura de que no importará tu ropa. — había dicho ella.
Pero, aun así, no estaba muy convencido de ello, así que llamó a Liv pidiendo consejo y sus amigos escucharon la conversación entera, con lo que todos querían participar en el "cambio de look".
—No, como ya te he dicho, Liv, vengo de un pueblo, de una granja. No es que haya sido invitado a muchas fiestas de ricos.
—Yaa, pero no te preocupes demasiado, muchos de ellos suelen ir de pijísimos por la vida y luego visten fatal, demasiado fatal.
Entró a probarse un nuevo conjunto. Mientras, Olivia al otro lado de la tela, se mordisqueaba una uña aburrida.
—¿Y ella quién es? ¿Por eso querías que te contase cosas de la ciudad?
Jonah tardó un rato en contestar. No sabía atar una pajarita y estaba teniendo complicaciones. Salió con una camisa blanca de pequeños lunares verdes y unos pantalones vaqueros, intentando que la pajarita azul tuviese una forma presentable.
—¿Me ayudas? — le preguntó a la chica. En un suspiro, se levantó del sofá y se acercó a él.
Como era bastante bajita, tuvo que ponerse un poco de puntillas y Jonah tuvo que agacharse.
—No me has contestado. — recordó Olivia.
—No es necesario que te pregunte cómo lo sabes. De alguna manera siempre te enteras de todo.
—Porque haces las cosas muy obvias. — terminó de atar la pajarita, analizó el modelo y le dijo a Jonah que se probase otra cosa. — Tus suspiros en el trabajo, tu interés por sitios bonitos de la capital, incluso un retrato súper bonito que dejaste a medias no entiendo por qué.
—¿Qué retrato?
—Estás tan empanado que ni te enteras de lo que dibujas... en fin... — le miró coqueta, antes de que se metiese en el probador de nuevo. — Así que... ¿quién es ella?
En su mente buscaba maneras distintas de conjuntar lo que tenía frente a sí, rascándose el pelo en un gesto distraído. Nunca había sido un maestro de la moda, ni mucho menos, y se sentía bastante perdido con el tema.
—Se llama Eva y... — rebuscó entre las camisas, — aparte de ser la mujer más preciosa que he visto en mi vida...
—¿Perdón? Se nota que no te has fijado en mí lo suficiente si dices eso. — le cortó Olivia y Jonah rio.
—Discúlpame, no tenía ni idea de que eras Afrodita, ahora lo tengo mucho más claro, cómo he podido estar tan ciego. — su amiga le rio la coña y luego continuó hablando. — En fin, Eva es... divertida, espontánea, especial, tiene una manera distinta de ver la vida y las cosas y, a pesar de las circunstancias, nunca abandona sus sueños ni sus principios. Aún me queda mucho por saber de ella, pero lo que sí te puedo asegurar es que lo que sé de ella me encanta y me enamora. También estoy deseando ver sus defectos, para así poder conocerla más profundamente.
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EFÍMERO
RomanceA cada latido, cada minuto, cada segundo que pasaba, el tiempo se hacía más breve, pero para ellos era imposible saberlo, no se puede saber el tiempo que te queda con esa persona especial. Si estas leyendo esto, significa que has llegado al principi...