XIII: Sorpresas del pasado.
Puso el vídeo en pausa y le miró expectante.
—¿Qué? ¿Te ha gustado? — preguntó Alaia emocionada.
—Ha sido realmente precioso, gracias por enseñármelo, significa mucho para mí.
Alaia guardó el móvil en su bolso.
—Faltaría más. Me hubiese gustado poder tocar la canción aquí y así la hubieras podido escuchar en directo, suena mucho mejor, te lo aseguro.
Él sonrió débilmente. Había tenido una pequeña recaída, pero nada de lo que preocuparse, unas pocas medicinas y solucionado, según los médicos. Seguramente después de Navidades ya podría salir del hospital. Estaba un poco adormilado por el efecto de lo que le habían dado, pero le encantó el detalle de Alaia.
La chica tocaba el piano desde que era una niña y todas las Navidades se sentaba frente al piano del orfanato y dejaba fluir una nueva melodía que había ido componiendo a lo largo del año. Aún quedaba una semana más o menos para Noche Buena, pero Alaia quería mostrarle la pieza cuanto antes, así que le pidió a Bobi que la grabase.
—De verdad tienes talento para la música, no lo dejes nunca, sería un desperdicio. — le aconsejó él. Aquella chica le recordaba tanto a...
—No lo haré, si al menos con eso puedo hacer que la gente triste sonría. Como tú.
—¿Cómo yo? — preguntó Nathan sorprendido.
—No me entiendas mal. Es solo que... a veces tienes una mirada muy triste y perdida y no puedo evitar pensar que lo has pasado mal. Bastante mal, en mi opinión.
Es igualita. Alaia tenía razón y se dio cuenta de que no podía ser tan transparente, estaba cogiendo demasiada confianza e iba a fastidiar las cosas, tendría que mantenerse al margen, esperar paciente.
—Puede que tengas razón, pero no estamos aquí para hablar de este moribundo... — dijo dispuesto a volver a la historia.
—No estás moribundo, sólo un poco adormilado por las medicinas, pero-
—¿Continuamos por donde lo dejamos el otro día? — cortó suavemente.
—Claro...
"Pero me estoy dando cuenta que apenas hablas de ti, de que hay algo más, ¿quién eres, Nathan? ¿Qué escondes?", pensó.
1984; PRIMAVERA
Jonah y Eva comenzaron su relación oficialmente en aquella habitación de hospital, aunque si la chica necesitaba espacio y tiempo, él no dudaría en dárselo. Desde entonces, habían pasado muchos momentos juntos y habían hecho cosas típicas de pareja. Por ejemplo, fueron al cine a ver el episodio IV de Star Wars que seguía en cartelera en algunos cines pequeños; iban a bares con conciertos nocturnos, donde tocaban canciones de grupos rockeros como Queen, Guns N' Roses, Scorpions, Europe o ACDC, entre tantos otros de la época; disfrutaron de numerosos picnics en el Retiro y en el Parque de las Siete Colinas, para después contemplar el atardecer arropados en esa típica manta de cuadros rojos, para resguardarse de la suave brisa de la primavera...
Los padres de Eva no sospechaban nada de que su hija estaba saliendo con un chico normal y corriente de un pueblo, lo que hacía sus quedadas más fáciles, ya que su prima se encargaba de cubrirles. Nadie creía necesario hacer que Eva pasase ese mal trago con sus padres, por lo que sus amigos no dijeron nada, ni siquiera Daniel, que evitaba estar con ella en la misma habitación si no era realmente necesario.
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EFÍMERO
RomanceA cada latido, cada minuto, cada segundo que pasaba, el tiempo se hacía más breve, pero para ellos era imposible saberlo, no se puede saber el tiempo que te queda con esa persona especial. Si estas leyendo esto, significa que has llegado al principi...