Obsesión.[Henry Bowers]©

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❝Y acuérdate cuando lloraba
Por tus heridas que en mí dolían
Y tus cadenas me erosionaban
Y acuérdate cuando tus miedos
Me los llevaba a mi lado de la cama❞

—¿Violet? ¿Estas lista?—Pregunta Henry ingresando a mi habitación

—Si, solo me pongo perfume y ya—Avise

Henry se sienta en el borde mi cama, sin dejar de mirarme.

—Estas hermosa, ese vestido resalta tu piel—Comenta logrando hacer que me sonroje.

—Tu también estas hermoso—Sonrío y deposito un beso en sus labios

—¿Y si nos quedamos? Que solo vaya Victor, ya conocimos a tu madrastra, ya esta—Comienza  a hablar y yo  suspiro cansada—Esta bien, lo siento—Se corrige al ver mi rostro—Vamos, sera una gran noche—Toma mi mano y salimos de mi habitación.

Realmente rezo para que sea una buena noche y no se convierta en un caos

Llegamos a un restaurante demasiado elegante, yo llevaba un vestido blanco, con algunos detalles en encaje. Realmente era precioso,  Henry  y mi hermano estaban de camisa y jeans. Mi padre, como de costumbre, usaba un traje negro y Natalie un hermoso vestido negro también.

—¿Todo lo que elijamos sera gratis?—Susurra Henry en mi oído, mientras nos cubre con la carta del menú. 

—Mi padre paga todo, elige lo que quieras—Lo miro con ternura

—¿Y bien, Violet? ¿Hace cuanto están con Henry?— Pregunta Natalie

—Bueeno...—Comienzo a vacilar

¿Hace cuanto estábamos? ¿Como saberlo si cortamos y volvemos?

—Se podría decir que hace mas de un año—Respondí

—Se ve que Henry es un gran caballero—Señala ella, y se oyó la risa burlona de Victor, rápidamente lo fulmino con la mirada.

—¡Buenas noches!—Habla un joven camarero—Soy Sean, y seré su mozo esta noche—Sigue hablando con simpatía.

—Deja de mirarlo tanto—Escucho el susurro en mi oído, de Henry, agradezco que estén todos ocupados mirando sus cartas y no se dan cuenta. 

—Sean, tráeme un Bianchi Varietales Chardonnay, y para ellos una coca-cola

—Si, señor 

—¿Que querrán de comer?—Pregunta mi padre cerrando su carta y dejándola sobre la mesa

—Lasaña—Hablan rápidamente Victor y Henry al mismo tiempo, y luego chocan los cincos por la coincidencia, haciéndome reír.

—¿Tu, Violet?