Capítulo 26: Concierto improvisado

31.8K 777 16
                                    

Mientras me dirijo a la sala de estar, donde hay los instrumentos, pienso en qué me ha impulsado a ello. Quiero darle un motivo a Sarah para estar contenta. Aunque sea durante solo unos minutos, me alegraré de que en ese momento no se haya preocupado por los problemas que la rodean.

Aunque me parezca mentira, voy a volver a tocar el piano, espero que justo ahora no llegue mi madre. No es necesario que lo sepa nadie. Es algo que conoceremos ella y yo, nadie más, me lo pidió y ya está. Pensé que no volvería otra vez, pero aquí estoy de nuevo. Mientras la veo con una sonrisa, sé que estoy haciendo lo posible para que esté más animada y de momento lo estoy consiguiendo.

—¿Estás segura de volver a la música después de la discusión con tu madre? —me pregunta, sé que no lo estoy, pero ahora no me echaré atrás.

—Sí —respondo lo más convencida posible.

—Es muy generoso lo que estás haciendo por mí. —Por primera vez veo alegría y emoción en sus ojos.

—Si ahora puedes estar más contenta... —le respondo suspirando.

—De verdad, después de todo lo que te he dicho, no creo que vayas a hacer algo por mí.

—Ha quedado olvidado, no tiene tanta importancia lo que ha pasado. ¿De acuerdo? Vayamos antes de que me arrepienta.

Hemos llegado a la sala y ahí está el piano del que Sarah me había hablado. Miro alrededor, y observo que no hay nadie, respiro un poco más tranquila y cierro la puerta cuando entra Sarah.

Coge un taburete y se sienta a mi lado. En ese momento me olvido de por qué lo abandoné, y aunque la gente me decía que no me dedicara a ello, no debí haber escuchado más opiniones que la propia.

No tengo ninguna partitura de las canciones para tocar, pero de tanto ensayar al final me las sé de memoria, es lo que ocurre cuando a diario pasas como mínimo dos horas ensayando. Recuerdo cuál era su canción favorita, Für Elise, que también es mi canción preferida y a la vez una de las primeras que aprendí.

Cuando empiezo a tocar aquella canción, muchos recuerdos llegan a mi mente, y los intento alejar, pero no puedo. Me siento paralizada, pero todo ello pasa cuando veo a Sarah emocionada. Ahora mismo no me acuerdo de por qué decidí abandonarlo. ¿Qué importan las opiniones de los demás? O al menos, ¿por qué las escuché y dejé que me condicionaran?

Cuando estoy a la mitad de la canción, se abre la puerta y paro de tocar, me giro y veo a personas detrás mí. Me han escuchado, sabía que no era una buena idea, y aun así lo hice y me arriesgué a que alguien me escuchara. Como movida por un impulso, me alejo unos metros del piano rápidamente, en mi mente no se para de repetir que no tendría que haber venido. Sarah me mira extrañada cuando observa mi reacción, y es que hasta yo estoy sorprendida.

Me mira confusa y le explico: —Ha llegado gente. —Detrás de Sarah, en el umbral de la puerta, hay cinco personas de pie mirándonos atentamente.

—¿Qué más da? Si te escuchan es porque les gusta, si no se irían, ¿no crees? —por una vez en mi vida decido dejar de lado lo que piensen los demás de mí.

Me olvido de todo y me atrevo a volver a mi sitio, que es donde debería estar. Toco las canciones que sé, soy consciente de que cada vez más gente me está observando, y hay quien me está grabando, pero no me preocupa. Tras cada canción la gente aplaude, pero lo ignoro, no quería público, pero aquí lo tengo, aunque nada de esto forma parte de mí, porque estoy concentrada en mi mundo, sin ser consciente de lo que pasa a mi alrededor.

En ese momento llega mi madre... ¿Cómo me ha encontrado?, ¿Quién se lo ha dicho? Cuando ve dónde estoy, observo que está sorprendida y a la vez ilusionada, no lo esperaba de mí, y a decir verdad yo tampoco lo esperaba. ¿Qué he hecho? Termino la última canción un poco apresurada como si de repente todos los nervios que antes no había sentido despuntaran de golpe. Escucho cómo la gente aplaude, comentan, sonríen. Quiero irme, salir de la presión que me ha producido estar rodeada de toda esa gente observándome. Antes siquiera de poder reaccionar mi madre me abraza con fuerza, pero no dice nada, no hacen falta palabras.

365 días para cambiar (Vuelta a Wattpad por tiempo indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora