Capítulo 45: La universidad

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Después de los que fueron unos momentos muy emotivos, siento que debo seguir adelante con mi vida. Aunque duela y sea muy difícil —simplemente es imposible— tratar de olvidar a un ser querido, estoy segura de que él querría que siguiese con mi vida y que me levantara cada día dispuesta a luchar, y así lo haré.

Hoy empiezo la universidad, me parece una verdadera locura después de todas las emociones vividas en tan pocos meses, no sé si estoy preparada para dar otro paso importante, no sé si estoy preparada para realizar mi sueño en la Facultad de Literatura y Filosofía.

Mi madre me quiere acompañar, quiere estar a mi lado en el que será un día importante. Me he ido informando de cómo será la universidad, sus aulas, las asignaturas que he escogido y que cursaré... No me siento tan perdida porque al menos sé hacia dónde me dirijo, pero eso no excluye tener muchos nervios en mí. Ahora empezará una nueva etapa en mi vida, ya han quedado atrás los días de estar en el colegio rodeada de los compañeros con quienes pasé gran parte de mi vida.

Intento ir lo más presentable que puedo dentro de estas circunstancias en las que siento que todo me supone un gran esfuerzo. 

El viaje es largo, pero pasa como si fueran apenas unos minutos. Me siento tan distraída y a la vez nerviosa y emocionada que cuando mi madre me dice que he llegado solo tengo tiempo para despedirme de ella.

Al entrar, me quedo asombrada al ver las escaleras de caracol que se encuentran delante de mí. El edificio consta de bastantes plantas, pero no puedo subir por las escaleras. Por suerte, me fijo que al final del pasillo hay un ascensor y respiro aliviada.

Me dirijo al aula que me han indicado, tengo ganas de empezar con esta nueva aventura y conocer a mis maestros, pero... Toda la energía, todo el optimismo, se derrumban en unos segundos cuando veo a Clara y me acuerdo de la última conversación. ¿Debo acercarme a ella o espero a que acaben las clases? No tenía ni idea de que ella iba a estudiar también aquí. ¡Menudo inicio! Bien, estoy segura de que me ha visto, pero aun así entro en el aula como si no la hubiese visto.

Me voy al lado de un chico y una chica que miran la silla de ruedas antes que a mí, pero ninguno de los dos hace ningún comentario y yo me limito a saludarles antes de que se presente el profesor González y nos explique el funcionamiento de sus clases. También nos dice lo esencial de cada materia. Ha dado el pistoletazo de inicio de curso.

El resto de la mañana pasa rápido, entre los cambios de clase me pregunto en si coincidiré con Clara, pero por suerte veo que solo compartimos una clase.

Al acabar la mañana me dirijo al lavabo y allí me encuentro con Clara. «Ahora no puedes escapar», me digo a mí misma. Al verme parece que no sabe qué de decir, yo tampoco sé qué se supone que tengo que decirle o si tengo que decirle algo. Pero rápidamente reacciona.

—Veo que estás bien, aunque pensé que no vendrías... Pero bueno, que estés bien es lo importante —me dice y me deja desconcertada, no sé cómo tomarme sus palabras—. Oye, déjame decirte que siento mucho lo que pasó el último día... —se disculpa.

—Ambas actuamos mal. Tenías razón en algunas de las cosas que me decías, pero aun así no deberíamos haber puesto punto y final a nuestra amistad.

—Siempre se pueden corregir los errores, lo has dicho tantas veces... —me dice con una pequeña sonrisa—. Siento el modo en que te traté, pero supongo que no soportaba verte en esa situación. ¿Por qué no vamos a tomar algo cuando terminen las clases? —propone y lo pienso.

—Me parece bien —me limito a decir, ya que siento que después de todo, no sé cómo reaccionar, no esperaba volverla a ver.

Doy paso al último tramo de las clases y una vez recojo los libros y anoto los primeros trabajos, me encuentro con Clara.

365 días para cambiar (Vuelta a Wattpad por tiempo indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora