Capítulo 24: Adiós

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Si no hago nada para evitarlo, hoy será el último día de Jack. Pero debo preguntarme algo: ¿quiero que se vaya? Sí lo quiero, pero no le traté bien, él solo pedía una segunda oportunidad y yo le hice daño con la forma en que le hablé. Me comporté de la misma manera que él hizo conmigo un tiempo atrás, quería mantenerme alejada de él, pero lo que he conseguido es que otra persona se enfadara conmigo. Tengo merecido que la gente también se aleje de mí. Cuesta aceptarlo, pero así es la realidad.

Pensé que hablar era lo correcto, pero a pesar de todo tengo mis dudas, porque creo que solo sirvió para empeorarlo todo... Lo último que en estos momentos necesito.

—¿Y Jack? —pregunto cuando veo a una mujer de unos cuarenta años, María, una de las fisioterapeutas con quien apenas hemos intercambiado algunos saludos.

—Se ha ido —dice—. Se ve que no quiere terminar las prácticas aquí, pero no nos ha dicho los motivos ni tampoco ha dado más explicaciones...

—¿Qué? —no puedo creer que se ya haya ido. Me había dicho que hoy sería su último día, pero pensé que si a última hora lo solucionaba quizás cambiaría de opinión y se quedaría.

—No pensé que te afectaría —dice, encogiéndose de hombros.

—Yo... no quería que pasara —murmuro.

—¿Tienes algo que ver en todo esto? —A lo mejor mi reacción me está delatando, pero está más que claro que estoy relacionada con su ida. María aún sigue mirándome.

—No... Bueno, de hecho... sí. —Termino confesando, porque la verdad es más fuerte que el querer ver que todo está bien. Mentir no sirve de nada.

—Ahora irás conmigo —anuncia—. Supongo que después de estos días ya te sabes los estiramientos, así que no deberé enseñarte nuevos ejercicios, a excepción de que sea necesario y los médicos lo pidan.

Durante toda la hora no puedo parar de pensar en Jack. Directamente, se ha ido.

Quizás debería haberle llamado para pedirle perdón por cómo le traté, pero de todos modos la decisión ya estaba pensada antes, porque de un día para otro no ha podido abandonar las prácticas, y menos por mí. Aun así, hay muchas cosas que no entiendo. Me dijo que sería su último día, pero no pensé que lo decía de verdad. Ahora me siento mal. ¿Se ha ido por mí? ¿Tanto le importo? No creo que así sea.

—Jack se ha ido —le digo a mi madre cuando la veo sentada en la butaca, e imagino que ya hace algunos minutos que ha llegado.

—¿No iba a estar durante más tiempo? ¿Qué ha pasado? —pregunta con el ceño fruncido, como cuestionándose si yo estoy implicada en algo.

—Hablé con él. Le dije que no le daría una segunda oportunidad y se lo tomó bastante mal, pero no era para menos porque... la forma en que actué no fue la mejor —confieso.

—¿Ahora te arrepientes?

—No me arrepiento porque debía decírselo para evitar que se siguiera haciendo falsas ilusiones.

—De manera que ya se había hecho ilusiones, y tú cruelmente las has tirado por el suelo. —Resume en pocas palabras todo lo que he pensado.— ¿Cómo siempre estás en medio de todos los problemas?

—No lo sé... ¿Y por qué él volvió a mi vida? Tampoco lo sabré —suspiro, me está empezando a cansar estar tan pendiente de Jack.

—Deberías pedirle perdón —dice sin dejar atrás el tono de recriminación que me hace sentir cómo de mal me comporté, pero ahora, ya no se puede volver atrás—. Me habría disculpado hoy en el gimnasio, pero cuando he llegado me han dicho que se había ido.

365 días para cambiar (Vuelta a Wattpad por tiempo indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora