Capítulo 48: Mudanza

18K 538 14
                                    

Dos meses después del día que le dije a Drew que se mudara conmigo, le veo subir por las escaleras llevando consigo varias maletas. Siento que es demasiado bueno como para ser posible que ya haya llegado el día que con tantas ansias he esperado. Finalmente viviremos juntos, ahora ya no tendré que llamarle cada vez que quiera verle.

A partir de hoy sé que algunas cosas cambiarán, aunque, ¿no cambió todo cuando le conocí? Todo pasó a ser diferente cuando me ayudó a luchar durante los días en los que la esperanza brillaba por su ausencia, porque cada día que abría los ojos y le veía sentía que él también estaba a mi lado y tenía que luchar porque había mucha gente que estaba conmigo. Sin todas aquellas personas, mi lucha hubiese sido la misma, pero con otros objetivos.

Sé que hay cambios cuando la convivencia no es de tan solo unas horas sino de todo el día. Pero cada día que pasa sé que le quiero más y estoy convencida de que es de lo mejor que me ha pasado en mi vida.

Cuando acaba de dejar las maletas en la habitación de invitados me acerco a él.

—¿Sabes que hoy es un día muy importante para mí? —le digo—. Al fin estamos juntos. Como no esperé que pasara tan de repente, no puedo evitar tener miedo a que algo salga mal.

—No pasará, pero si te sientes más tranquila puedo irme, ¿eh? —me dice bromeando.

—Es el primer día que estamos juntos, ¿cómo quieres celebrarlo? —le pregunto.

—Simplemente quiero estar contigo —dice mientras me abraza, y siento que me gustaría poder guardar en mi corazón todos estos instantes que no vuelven a pasar.

—Tenemos mucho de qué hablar, Drew —le digo, pero él intenta restarle importancia—. ¿Cómo se lo han tomado Diego y tu familia? —le pregunto.

—Al principio, Diego se opuso —me dice—. Pero no me importa lo que él me diga. De hecho, no es la persona idónea para aconsejarme sobre cómo tratarte, cuando fue precisamente él quien en su momento te hizo daño.

—Si te soy sincera, siempre pensé que con quien viviría sería con Diego. Y aún pienso que hice algo mal.

—¿Qué tú hiciste algo mal? —dice atónito—. No fuiste tú quien lo echó todo a perder, en ningún momento le fuiste infiel. No me importa que sea mi hermano, su forma de actuar no fue la correcta cuando dices querer a alguien.

—De todas formas, pertenece al pasado y ya no pienso en él, solo en ti —le digo, porque no quiero que se moleste.

Ahora que está él, siento que la casa no está tan vacía, porque estoy con la persona que más amo.

—¿Te importa que haya traído la guitarra? —mira hacia el rincón en el que se apoya la funda oscura de la guitarra.

—Por supuesto que no, me encanta la música, ¿por qué no iba a querer que llevaras la guitarra?

—Siempre que vengo me fijo en el piano, ya no lo usas, ¿verdad? —se acerca al piano que ahora yace recubierto por una fina capa de polvo que denota que la última vez que lo toqué fue la noche del accidente. Ahora todo se me presenta como algo tan lejano...

—En el hospital tenían un aula de música y allí fue la última vez que toqué el piano, pero, ¿cómo has sabido que ya no he vuelto a saber nada más del piano de casa? —le pregunto porque pensaba que yo era la única que lo notaba.

—Lo noto por la cantidad de polvo que acumula, además nunca tiene partituras y se ve como si lo hubieras dejado abandonado.

—De hecho, así ha sido —le digo con tristeza—. Con el tiempo me he ido desviando de aquel mundo para centrarme en mis verdaderos sueños.

365 días para cambiar (Vuelta a Wattpad por tiempo indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora