Día 60 en Villa Reche
POV ALBA
Adoraba los días en los que no tenía que madrugar intempestivamente y podía atrasar un poco la alarma. No es que estuviera en mis planes salir de la cama a las doce de la mañana, porque siendo un día entre semana, tenía que seguir yendo a trabajar, pero con la llegada de los meses más frescos a la capital, aprovechaba esas jornadas más tranquilas para desayunar en el jardín.
Ese jardín que se estaba convirtiendo en mi remanso de paz particular.
- Buenos días Marta. - saludé con una sonrisa. Adoraba el olor a café recién hecho inundando cada estancia de la casa.
- Buenos días corazón. - contestó sacando de la nevera el cartón de leche de almendras. - ¿Vas a querer desayunar en el jardín otra vez?
Asentí mirando hacia fuera y comprobando que el día había amanecido soleado.
Marta tenía ya casi todo preparado pero parecía no dar abasto con todas las cosas, y es que mi marido se había apuntado en los últimos días a mi nuevo ritual de desayuno.
- Trae, que te ayudo. - coloqué las tostadas y me dirigí hacia fuera, donde ya estaba Gonzalo haciendo sus estiramientos matinales.
- ¿Quieres que te saque unos fartons también? - sugirió en un tono extrañamente amable para ser tan temprano.
- Ehh no. - contesté con la bandeja en la mano. - Ya sabes que no me tiran mucho del todo.
Ella asintió por lo bajo y susurró algo entre dientes que no atiné a descifrar.
- Mejor déjalos ahí, ya habrá alguien que se los coma. - sugerí ya casi saliendo por la puerta que daba al jardín.
Ella volvió a murmurar algo inteligible.
- ¿Has dicho algo? - pregunté dándome la vuelta ya con la mosca detrás de la oreja.
- No, no. ¿Yo? Nada. Dios me libre. - respondió secándose las manos con el mandil. - Ahí se quedan quietecitos. Para quien los quiera, que digo yo alguien será.
Que extraña está esta mujer hoy.
Al salir, la brisa del rocío me golpeó, insuflándome a través del aire la energía tan propia del amanecer.
Qué bien se está cuando se está bien.
Gonzalo se acercó a la mesa, dejando un beso en mi mejilla y dejándose caer como un saco de patatas en el sillón. Ni que hubiera corrido una maratón. Definitivamente tantos chuletones de Wagyu le estaban pasando factura.
- ¿Y esa sonrisa ya de tan buena mañana? Estás muy guapa. - preguntó mientras se echaba el café en la taza.
- La misma de siempre. - dije encogiéndome de hombros a la vez que untaba la mantequilla en la tostada.
Él negó con la cabeza. - Yo te veo diferente últimamente. Pero para mejor ¿eh? Si cuando pasó lo de los Granch te notaba rara, ahora te miro y entiendo que por lo menos aquella revolución hormonal ha pasado y estás ya más calmada.
Será media neurona. ¿Qué pasa que si un día nos levantamos con ganas de pegar puñetazos es porque estamos con la regla o qué? Si los Granch son unos desgraciados se dice y no pasa nada. Dejemos fuera a las hormonas que nada tienen que ver aquí.
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Un Jardin - Albalia
FanfictionAlba Reche, una fiscal un tanto arrogante casada desde joven con un empresario de éxito, espera la visita de su nuevo jardinero. Para su sorpresa, no es ni de lejos lo que esperaba... Pero lo inesperado no es siempre malo, ¿no? Este es un fic corto...