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Bajó las escaleras acomodando su cabello negro y mojado con sus dedos, y vio a Taehyung de espaldas en la cocina guardando algunas botellas en un mueble. No dijo nada, se sintió algo incómodo a decir verdad, ya que nunca pensó que se ducharia en la casa de ese engreído.

Taehyung notó su presencia detrás suyo y volteó a verlo. Lo escaneó de arriba a abajo con una mirada impasible.

—Te ves... decente.

—¿Gracias? —dijo confundido. Nunca sabía con seguridad cuando estaba siendo sincero o cuando estaba siendo sarcástico.

—Son las siete de la tarde —dijo volviendo a acomodar algunas botellas en su mueble de bebidas al alcohólicas.

Estaba guardando algunas botellas bajo llave en un mueble con puertas cuadriculadas de hierro, para que la gente que viniera a la fiesta no las tocara.

—¿Y que con eso?

—Por lo general a las ocho comienzan a llegar las primeras personas, deberías ir a encerrarte arriba —dijo concentrado, intentando ahora quitar sin éxito una pequeña llave de un candado, sobre el fregadero de la cocina —Además no creo que quieras cruzarte con Jimin y Jungkook... —sonrío maliciosamente mientras tironeaba de la llave.

Yoongi chasqueó la lengua. Taehyung sabía que su separación de Jimin era reciente, y nisiquiera le importaba si decir eso lo haría sentir mal. Era un maldito sin sentimientos.

—Ya entendí princesa... —dijo rodeando la isla y acercándose a él. Le arrebató el candado de las manos y en un segundo sacó la llave que estaba atascada —quiero una botella antes de irme arriba —lo miró.

Taehyung se quedó impresionado. Había luchado literalmente casi media hora con esa llave.

—Toma lo que quieras —dijo de mala gana, señalando los cajones de alcohol. Evitando mirarlo a los ojos.

Yoongi sonrió y caminó hacia los cajones. Tomó una botella de Jack Daniel's y la miró con entusiasmo. Que bien se sentía tener una botella de whisky tan cara en sus manos.

—¿Puedo mirar televisión en la habitación?

—Si —dijo seco—. Hoy cerraré el paso al piso de arriba, la gente no podrá subir —comentó.

—Bien —caminó hacia las escaleras.

—Ey ey... ¿no te olvidas de algo? —levantó una ceja.

Yoongi miró confundido la botella que tenía en las manos.

—¿Gracias?

—No idiota, el bebé —señaló al bebé que estaba recostado sobre el sofá.

—Claro... —caminó desganado hacia él y lo tomó de una pierna, mientras que con la otra mano llevaba la botella.

—¡Trátalo como a un bebé real! —gritó enojado antes de que se fuera al ver como lo llevaba—. Y olvidas tu mochila, no quiero que nadie la vea aquí —la señaló, estaba sobre una de las banquetas de la isla.

—Claro como usted ordene mi rey —dijo sarcásticamente caminando hacia la mochila y mirándola, ya no le quedaban manos para tomarla.

Taehyung giró los ojos y se acercó, la tomó, y como si Yoongi estuviera contaminado con algún tipo de virus, la puso con asco sobre su hombro, pasando su brazo por dentro de la tira.

—No olvides escribir sobre el día de hoy en tu cuaderno —limpió sin culpa sus manos en su propia camiseta.

—Si, claro mami —giró los ojos y subió las escaleras. Odiaba que ese idiota lo tratara así, pero si quería vivír algunos días como un rey en su casa, mejor se callaría la boca.

Ingresó a su habitación y dejó la botella de whisky en la mesa de noche, el bebé recostado sobre la cama, y se sentó tranquilo en el pequeño sofá para escribir en el cuaderno. Se puso a repasar en su mente lo qué había sucedido ese día, y escribio:

Martes:
A veces pienso que a Taehyung le gusta hacer sufrir a las personas, supongo él piensa lo mismo de mi. Bien, creo que al fin tenemos algo en común.
Pasaré la noche con el bebé y espero que no llore porque no sabré que hacer, Taehyung lo atiende mejor que yo. Además espero que ésta cosa no se haga del dos.

Cerró su cuaderno azul y lo guardó en su mochila. Se recostó sobre la cama: era muy cómoda y acogedora, como la cama de un hotel cinco estrellas. Encendió la televisión y luego de un rato casi se queda dormido junto al bebé mientras miraba una película.

Se hizo de noche, y lo que le impedía dormirse era que en la planta baja, se escuchaban gritos y música muy fuerte. Se sintió un completo idiota al no poder bajar a la fiesta. ¿Tanta vergüenza le daba a Taehyung como para que no quisiera que lo vean allí?

"Idiota y mil veces idiota" bufó.

Giró los ojos aburrido. El bebé "dormía" a su lado desde hacia varias horas. Ni siquiera había llorado ni una vez, se notaba que no extrañaba a su madre.

Se sentó sobre la cama, tomó la botella de whisky de la mesa de noche y bebió un largo trago, apretando los ojos cuando el liquido quemó su garganta. Se levantó y caminó con la botella en su mano hacia la puerta, y con mucha curiosidad la abrió un poco. Salió sigilosamente de la habitación y quiso mirar por la barandilla de la escalera hacia abajo, pero lo único que vió fueron dos cadenas cruzadas que impedían en paso hacia el piso de arriba. Quizás con esas idiotas cadenas podría impedir el paso para subir, pero no para bajar.

Sonrió de lado y bajó lentamente los escalónes.

Del Odio Al Amor, Hay Una Botella De Ron © (Primos 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora